Vega canta su autobiografía personal y musical en 'Mirlo blanco'
Las canciones de musa nunca se anuncian. Pueden llegar a un compositor en el momento más insospechado, en dos o tres minutos con letra, música y todo. A Vega las musas le han susurrado unas cuantas canciones. Una de ellas es la que da título a su último trabajo: Mirlo blanco. Es el álbum más personal, íntimo, duro y conmovedor en el que la artista cordobesa renace, fiel a su espíritu indomable, o terco como dice ella. Una autobiografía musical sobre sus dolores físicos, mentales, profesionales y espirituales, sobre incomprensiones y preocupaciones y sobre denuncias y reivindicaciones. Un disco conmovedor en una de las voces más profundas y llena matices del panorama actual.
Vega, Mercedes Migel (Córdoba, España, 1979), cumple veinte años y ocho discos en la escena profesional. Lo celebró con sus seguidores en el ciclo Así nacen las canciones de Ámbito Cultural, en la sala Callao. Fernando Neira, coordinador del ciclo y crítico musical, fue el anfitrión de esta artista que, con guitarra en mano, estuvo una hora y media acompañada de Kike, gran guitarrista, a quien Vega atribuye buena parte del lugar que ocupa desde hace unos quince años: “Hay un antes y un después de cuando conozco a Kike y empieza a marcar el pulso de las canciones, de la banda”. (Puedes ver el vídeo del encuentro en este enlace)
Neira recordó que Vega es una artista que no se ha plegado al mercado de la industria musical, con el que mantiene una relación muy tensa a la que ella le ha compuesto canciones que no hablan bien del sector. Vega, además, compone para otros artistas y ha colaborado con Elvis Costello.
En Vega todo empezó en 1999, cuando compuso Mi habitación, su primera canción acabada. “Está dentro del álbum India (2003) y fue una canción que la compañía no quería que yo grabase”, desveló la artista.
Ese álbum salió un año después de su paso por el programa televisivo Operación triunfo. Neira recordó que en 2019, en un concierto en la discoteca Joy Eslava, Vega tenía toda la intención de abandonar el mundo de la música, pero entre Kike y la respuesta del público, desistió de esa idea.
La tarde regaló no solo varios acústicos, sino algunos momentos inéditos.
La primera gran sorpresa de la tarde llegó al interpretar El transistor, una especie de prólogo a Mi habitación. Una canción salida del desencanto y rabia de ver la actitud de las emisoras y la industria con ella. Vega lo interpretó por primera vez ante un equipo de grabación profesional.
Solo tengo un transistor
Que conecta cada hora,
con la mierda de mis horas
que destrozan las canciones
como putas por rincones
Han perdido su valor
Siempre son las mismas cuatro
Dándose al mejor postor
Yo no escribo para ellas
Lo hago solo para mí
Y para toda esta gente
Que ha venido hoy aquí…
¿Crees que Mirlo blanco ha cambiado esa tendencia, al menos un poco?, preguntó Fernando Neira. Y Vega no dudó en contestar:
“A lo que habla esa canción en concreto no. Ahora hay que luchar por entrar en las listas de streaming. Todo eso está condicionado por en qué compañía estás. Ahora me sigo haciendo la pregunta de por qué no programan mis canciones o me invitan a festivales, pero ahora más relajada que antes.
Yo tengo un público. Con la pandemia se han dado cuenta que hay gente que escucha música y no solo la tiene de fondo, que somos vulnerables. Si lo ven, bien, yo no voy a cambiar; eso sí lo tengo claro”.
Uno de los momentos especiales fue su interpretación de Mirlo blanco:
Cuando el nido abandone y vuelva a nacer
Batiré bien mis alas sin miedo a caer
Que aunque el suelo esté lleno de riscos sin fe
Volaré, volaré, volaré
Si consigo elevarme alzando la voz
Trataré de posarme en un lugar mejor
Que me sobra el coraje y la convicción
Soy mujer, digo no y es un no
Soy mujer, digo no y es un no…
Vega se emocionó al cantarla, como si fuera la primera vez. Contó que la sororidad recibida ha sido muy bonita y que muchas artistas le han expresado su admiración por este tema y la valentía que ha tenido de contar tantas cosas de su vida.
Como buena compositora, también lo hace para artistas tan diferentes como Raphael, Pastora Soler o David Bisbal:
“Me fascina escribir para alguien. Es como si, automáticamente, pudiera ver realizado ese sueño de ver mis canciones a lo grande. Como a mí los robots de los call outs de las emisoras me lo negaron y a ellos sí los van a poner, pues me pego el temón”.
Empezó a componer para otros cuando vio que, a algunos, las discográficas les pasaban muchos temas para que eligieran. Entonces pensó en una especie de taller para crear canciones ad hoc. A Bisbal, por ejemplo, le pregunta qué quiere cantarle a su público.
Y revela una de las claves de su éxito: “Como soy publicista, estudio el público objetivo que tiene cada artista, sé la franja de edad en la que están, si son más chicas o más chicos y utilizo un lenguaje dirigido a ellos”.
Vega garantiza que habrá Vega durante las próximas temporadas, y advierte, entre risas, que mejor ir a verla en directo.
Antes de interpretar la última canción se declara fan de Madonna, “sobre todo de su primera etapa”. Suenan los acordes de guitarra de Mortal:
Tengo para ti medio corazón
Sufriendo sin pedir auxilio
Ya no te queda amor ni ganas de aceptar
Que a pesar de ti existo…
¡Que soy mortal!
¡Déjalo ya!
Me llevo para mí, este corazón
Le quiero devolver su brillo
Su brillo (su brillo)
Mi brillo.
Mirlo blanco. Vega (La Madriguera Records).