“Una de las realidades que estamos viviendo es que ponemos todo al mismo nivel”: Ana Iris Simón
Ana Iris Simón es una prueba de que el azar también favorece el talento y el éxito de los escritores. Dieciséis meses después de que debutara en la novela con Feria (Círculo de Tiza), en noviembre de 2020, su vida es otra. Ya no comparte el piso en una corrala del barrio madrileño de Malasaña, tampoco trabaja en la revista donde empezó a escribir la novela porque la sacaron en un ERE y la mala racha de trabajos e ingresos económicos está en pausa. Ahora es, sobre todo, madre de Valero, de nueve meses, vive en otro piso con su pareja, se han impreso varias ediciones del libro, su nombre y su Feria abrieron debates y polémicas, tiene una columna semanal en el diario El País y escribe su segundo título cuando su niño la deja, básicamente entre tres y seis de la tarde, momento en que sus abuelos maternos lo llevan a pasear.
“Esto ha sido una concatenación de suertes: me vine a Madrid, estudié Comunicación, siempre he trabajado en lo mío, no solía hablar de mis abuelos feriantes por vergüenza hasta que mi jefe me convenció de que lo hiciera y una editora, tras leer el artículo, me encargó un libro que ha tenido éxito”, resumió Ana Iris Simón (Ciudad Real, 1991). Lo hizo ante el grupo de personas que asistió al Club de Lectura de Ámbito Cultural, de la Sala de Callao, coordinado por el escritor Rafael Caunedo. (Puedes ver el vídeo del encuentro en este enlace).
Feria es una obra de no ficción hecha de varios textos muy personales donde la autora cuenta, denuncia y reivindica aspectos de su vida que competen al pasado, a la memoria de España, y al presente y futuro de su generación y las que vienen detrás. Textos que pueden parecer autónomos pero que conforman un fresco de la realidad: desde cómo la globalización ha acabado con muchas formas de vida y trabajos sin que la gente tenga alternativas, hasta la precariedad en que el Estado tiene sumido a los jóvenes.
Si Feria es así, a vuelo de pájaro, la historia de Ana Iris Simón y su exitoso debut lo resume ella en sus propias palabras:
“El artículo que publiqué lo vio Eva Serrano, editora de Círculo de Tiza, y me propuso que hiciera una especie de mapa emocional de los feriantes en España. Al final derivó en un libro de crónicas costumbristas, sin orden ni concierto”.
“Cuando lo escribí no tenía ninguna intención de abrir un debate político como ha ocurrido. Si lo hubiera pensado no habría salido así el libro. La inocencia, muchas veces, es la única manera de hacer las cosas”.
“Mi manera de ver el mundo tiene que ver con relacionar el afuera con el adentro. Lo que pasa en los grandes despachos de Bruselas o el Congreso de los Diputados con cómo inciden esas decisiones en nuestras vidas”.
“En un instituto un estudiante me preguntó que cómo me había quedado cuando salió Santiago Abascal (líder de VOX) con mi libro en el Congreso de los Diputados. Le dije que yo no tengo responsabilidad sobre quién me lee”.
“Que te feliciten de todo el espectro político lejos de ser malo es positivo. Indica que tenemos mucho dónde encontrarnos y que esa polarización social que se inocula desde las élites al pueblo, pues luego no es tal y es más una escenificación”.
“Tener un hijo me ha servido mucho para quitarme tonterías y darme cuenta de lo que realmente importa”.
Pronto llegaron las preguntas del público. Es un libro del que casi toda España ha oído hablar. Primero por el boca a boca, luego por el discurso que Ana Iris Simón dio en mayo de 2021 en La Moncloa en la presentación de Pueblos con futuro que presentó el presidente Pedro Sánchez, dentro de su proyecto Plan España 2050, porque la escritora describió y denunció la precariedad y desesperanza de su generación. Esto ha hecho que tanto la izquierda como la derecha hayan hecho eco de lo mismo de acuerdo a sus intereses. Ana Iris Simón describe todo este alboroto así:
“En twitter alguien dijo, y me da risa: ‘A ver si os vais a pensar que son las obras completas de José Antonio y son los pensamientos de una muchacha de pueblo’. Y yo decía: ‘pues sí”.
“La clave del éxito, más allá del sustrato político, con el que te puedes identificar o no, es lo humano y lo vivencial, es lo que nos une a todos”.
“Lo triste no es que alguien se quiera venir a Madrid, sino que se quiera quedar en su pueblo y no pueda hacerlo porque no hay trabajo, no hay futuro”.
“Nosotros también somos responsables de nuestras propias decisiones. Y uno es quien decide qué creerse o qué no creerse”.
“A mí me han pasado penurias. Hay dos maneras de mirar al mundo: desde el amor o desde el rencor”.
“La madurez consiste en saber que tú eres responsable de tus problemas muchas veces y en dejar de echar balones fuera y de culpar al mundo”.
“Me doy cuenta de que la libertad que antes tenía por que sí, porque era una chica que escribía en una revista ahora la tengo que conquistar. Es muy fácil decir lo que uno quiere cuando piensa que nadie lo va a leer, pero ahora tengo que hacer un ejercicio para tener esa libertad”.
“Somos una generación insatisfecha porque la satisfacción no está en producir y consumir. En muchos ámbitos hemos ido a mejor, como en el acceso a la cultura”.
“Una de las realidades que estamos viviendo es pensar que no hay jerarquías de bueno y malo, mejor-peor, gravedad-no gravedad, ponerlo todo al mismo nivel como un retablo nos hace perder el pie”.
Feria. Ana Iris Simón (Círculo de Toza).
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