Ruta por España por museos pequeños a descubrir o redescubrir
Unas sombras de pinos sobre la escultura dan el toque final y vivo a la obra de arte, las figuras multicolores de trazos torpes en las pinturas recuerdan al niño artista que fue cada espectador, las paredes de mármol junto a cuadros de marcos dorados son una máquina del tiempo hacia el siglo XIX, los maniquíes de mujeres con vestidos y sombreros salidos de una gran fiesta parecen estar a punto de cobrar vida, los jarrones y telas con finos dibujos de animales inexistentes y figuras extraordinarias sacan sonrisas de asombro en quien las contempla…
Son asomos a museos pequeños y poco conocidos por la mayoría de españoles como una opción para vivir la Semana Santa más allá de lo previsible:
Huesca. CDAN, Centro de Arte y Naturaleza. Avenida Doctor Artero s/n 22004
La naturaleza es el principal artista y el ser humano lo que intentó al comienzo fue imitarla, después incorporó elementos de su propio paisaje interior. Y aquí en la provincia de Huesca, en medio de la naturaleza, hay un museo al aire libre con intervenciones de artistas como Ulrich Rückriem, Richard Long, Siah Armajani, Fernando Casás, David Nash, Alberto Carneiro y Per Kirkeby. Lo que se pretende es “articular una serie de acciones cuyo fin último es estudiar y potenciar las relaciones entre el arte y la naturaleza, utilizando como marco territorial la provincia de Huesca”, señalan en el museo.
La sede del CDAN es un edificio ondulante creado por Rafael Moneo, pero su programa Arte y Naturaleza se esparce por toda la provincia de Huesca. El museo centra sus actividades a partir de la Colección Beulas-Sarrate, donada a la ciudad, para incorporarse a la naturaleza como espacio público. A la exposición permanente se suman las temporales que dan más frescura al centro y descubren nuevas maneras de contemplar y disfrutar el arte.
Getaria (Gipuzkoa). Museo Cristóbal Balenciaga (Aldamar Parkea, 6)
Si Cristóbal Balenciaga es recordado por sus vestidos de cintura pinzada y faldas voluminosas y elegantes creando figuras escultóricas que la mujer podía esconder bajo abrigos amplios y sueltos de diferentes formas, sus sombreros son el toque de sofisticación perfecto. A este accesorio dedica este mes una exposición el Museo Balenciaga, en Getaria, donde nació el modisto español. “El sombrero es una cuestión de equilibrio arquitectónico: corona el edificio del vestido”, dijo Balenciaga en los años cuarenta en París, cuando muchas mujeres empezaron a querer tener una prenda suya.
No es el sombrero como complemento sino como comienzo y final del diseño creado para la figura femenina de la época. El Museo Balenciaga describe este trabajo del diseñador así: “Las formas y las dimensiones tanto del casquete como del ala diferencian pamelas, turbantes, bonetes, boinas o diademas, confeccionados en paja, fieltro, cuero o piel; adornados con flores, plumas o tules… una variedad enorme, fruto de la creatividad y habilidades de las, en su mayoría, mujeres que colaboraban en las Casas para culminar el conjunto perfecto”.
Valladolid. Museo Oriental de Valladolid. Convento de los Agustinos Filipinos
Pocos espacios en España son una ventana al arte oriental de los últimos cinco siglos. Este museo de Valladolid reúne, sobre todo, piezas que los Agustinos adquirieron en Filipinas, Japón y China a partir de 1565. Aguardan en 18 salas del ala oriental del convento creando una atmósfera singular.
La visita al Museo Oriental es un doble viaje: se disfruta de la estética de los objetos a la vez que estos sirven de ventana a la historia de los pueblos de donde proceden.
El arte chino es el que tiene más variedad de objetos, desde las famosas lacas chinas y bronces, hasta los marfiles y la pintura tradicional.
El arte japonés despliega sus cerámicas y porcelanas, así como las bellas vestimentas y armaduras de otros tiempos.
El arte filipino refleja la presencia española en el archipiélago y su influjo y mezcla con el arte tradicional. Hay desde marfiles hispano-filipinos hasta culturas de Mindanao y Joló.
Jaén. Museo Internacional de arte Naíf Manuel Moral. (Palacio de Villardompardo)
El colorido explosivo, la espontaneidad, la falta de perspectiva y la ingenuidad son el resultado de obras de creadores autodidactas metidos a artistas sin el academicismo requerido y de espaldas al canon. El resultado es un arte naíf, como obras hechas por quienes no supieran pintar o esculpir y hacen lo que les nace. La palabra procede del vocablo francés naïves que significa nativo, indígena.
Uno de esos artistas españoles fue Manuel Moral Mozas que dejó su legado a la Diputación Provincial de Jaén, donde nació en Torredelcampo. Son sus pinturas y tallas en madera y de otros creadores de esta corriente artística en España y fuera del país: suman más de 600 piezas entre 250 españolas y 150 de otras nacionalidades.
El primer museo dedicado a este arte en España está situado en el ala izquierda del Palacio de Villardompardo, en Jaén, donde también está el Museo de Artes y Costumbres Populares y los Baños árabes.
Madrid. Museo Cerralbo (C/Ventura Rodríguez, 17)
Este es un viaje en el tiempo, a las casas de la aristocracia española del siglo XIX. La que perteneciera a Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de Cerralbo. Un palacete de mármoles de diferentes colores de arriba abajo, frescos en paredes y techo y un sinnúmero de cuadros con marcos dorados.
Es una casa de dos plantas con cincuenta mil piezas entre pinturas, esculturas, tapices, fotografías, grabados, docenas de objetos de decoración en diferentes partes y tamaños, piezas arqueológicas, numismática...
Bajo ese techo conviven pinturas de los siglos XV al XIX con obras como San Francisco en éxtasis, de El Greco, Retrato de caballero, de Tintoretto, o La inmaculada, de Zurbarán, junto a bustos de emperadores romanos.
El sol no es muy bienvenido en este palace madrileño para que no deteriore sus obras, mientras que su luz es esencial para crear en cada momento obras vivas en los campos de Huesca como cuando, algunas tardes, juega con rojos incendiados delante de los 'Árboles arqueógicos', de Casás.
Son rápidos asomos a las artes de todos los tiempos en museos que vale la pena descubrir de manera tranquila y sin aglomeraciones. Obras entre el arte contemporáneo en medio de la naturaleza y los mundos conservados del siglo XIX . Cinco museos pequeños a conocer o redescubrir donde las personas quisieran quedarse a vivir unos días.