Rosa Berbel: “La poesía escapa a todo intento de apresarla y de reducirla, es mucho más salvaje de lo que la vemos”
La poesía social actualizada donde se reconcilian lo micro con lo macro, lo terrenal con lo celestial, lo individual con lo colectivo y otros binomios problemáticos, son algunos de los aspectos que han convertido a Rosa Berbel (Sevilla, 1997) en una de las nuevas voces poéticas españolas más interesantes y aplaudidas por público y crítica. Con solo dos poemarios, Las niñas siempre dicen la verdad (2018) y Los planetas fantasma (2022), esta joven escritora ha hecho también el prólogo de la reedición del clásico de Federico García Lorca Poeta en Nueva York.
Rosa Berbel, además, es una escritora que ha reflexionado tanto sobre aspectos poéticos y literarios en profundidad, como sobre sociales y políticos en su encuentro con la literatura. “Los discursos del yo me interesan cada vez menos. Como lectora me interesan esos ejercicios que tratan de desestabilizar el yo político y expandirlo”, reveló la escritora en el ciclo #LdeLírica de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, en la sala Callao de Madrid.
A Berbel le interesan lo musical, lo fónico y lo rítmico. Eso contó, y mucho más, en la conversación con Gonzalo Escarpa, coordinador de #LdeLírica.
Debutó con 20 años y obtuvo premios destacados como el de Poesía Joven Antonio Carvajal y Ojo Crítico de Poesía 2019 de RNE. De la transición intelectual y formal del primer poemario y del segundo, y de todo lo que rodea y nutre su poesía, surge este Diccionario Rosa Berbel:
Poesía joven
Es un momento de esplendor, quizás, sin precedentes. Siempre ha habido poetas jóvenes, pero hay ciertas circunstancias que se alían en este momento para que la poesía joven tenga una visibilidad y un reconocimiento que no se ha dado en otras épocas. Y soy consciente de que, en esta poesía, muchas mujeres muy potentes están a la vanguardia en muchas cosas.
Juventud
La juventud es difícil de apresar, de definir. Qué significa, exactamente, ser joven. No es una cuestión de edad. Pero siendo una cuestión de edad, no sé dónde se establece el límite o por qué lo ponemos ahí. Es muy arbitrario que vaya cambiando todo el tiempo. Hay que desmitificar un poco la juventud, hay cierta idealización. El método generacional hay que ponerlo en crisis. Hay diferentes instancias que nos obligan a pensar la poesía generacionalmente, pero la realidad va por libre, y la poesía escapa a todo intento de apresarla y de reducirla, es mucho más salvaje de lo que la vemos.
Prosa
Hay una, más allá del género literario, mucho más fluida y más porosa. Los géneros son una herramienta, un instrumento como punto de referencia en el mapa de algo, pero no son categorías únicas ni cerradas.
Mi forma abordar cualquier forma de escritura es muy poética. No descarto escribir otros géneros, pero la poesía aglutina elementos que están también, en la narrativa. La poesía ha sido hasta ahora el lugar en el que convergen y existen en otros géneros.
Escribir
La escritura es un agente desestabilizador que me obliga a estar redefiniendo mi relación con los otros, conmigo misma. Solo entiendo la escritura desde ahí. Nunca me acerco a la escritura ni como desahogo emocional ni para ordenar nada en mi cabeza, sino lo contrario, para desordenar cosas. Admiro a quien usa la escritura como forma de sanación o terapia.
Proceso
Es importante escribir desde la intimidad y desde lo que no se sabe, más que desde lo que se sabe. El proceso entre el primer y segundo libro tuvo que ver con hacerme muchas más preguntas y dudas y trabajar desde unos puntos de partida de que soy consciente que están difusos o en permanente conflicto.
Viaje
El movimiento es poético, pero también hay cansancio en esos viajes que lo hacen antipoético. Para mí, la poesía se produce en momentos de desplazamiento, en esos momentos de disociación que posibilita el viaje en muchos casos. Parece que entras en otro plano físico y espiritual. Hay algo de eso en el viaje. Hay también mucho aburrimiento que, para mí, es el motor creativo por excelencia. Creo que de ahí salen todos los poemas y todo lo que creamos. Del viaje salen muchas potencialidades poéticas.
Política
La pregunta sobre la poesía y la literatura y la política está casi fosilizada, es casi un gesto, un lugar común, pero hay algo que se resiste a ser sistematizado. La poesía tiene una relación con la política que es irreductible y no se atiene a ninguna práctica de mano social o de lo político. Cuando escribí el primer libro tenía mucho más claro cuál era la relación entre la poesía y la política. Tenía una idea más definida sobre la poesía social o acerca de lo que el poema podía hacer políticamente. A medida que ha pasado el tiempo, me he acercado con mucha más duda y mucha más incertidumbre a este vínculo. En la duda hay algo radicalmente poético y político.
Duda
La duda está muy mal vista socialmente, penalizada, censurada, probablemente herencia cristiana, pero solo podemos pensar poética y políticamente desde la duda. El no saber, el hacerse preguntas, ninguna respuesta. En ese camino, el segundo libro trabaja desde otras premisas; trabaja desde otra idea de lo político. El realismo de Los planetas fantasma está mucho más desdibujado, mucho más espectral. El acercamiento a lo político tiene que estar atravesado por la duda y por el cuestionamiento de las certezas.
Lorca
Prologar la reedición de Poeta en Nueva York fue un reto, una sorpresa. Acercarse a un texto de Lorca es siempre un riesgo inmenso, porque hay la tentación de entrar y no salir nunca. Pasa con los grandes poetas que no se acaban nunca. Poeta en Nueva York interpela profundamente a nuestro presente. Hay que revindicar su oportunidad política y la manera en que Lorca captó todo un estado de las cosas y un orden ya en ese momento. Tiene una dimensión anticipatoria y profética de los grandes textos.
Ficción
Me interesa la ficción. Estamos en un momento en el que a la imaginación tenemos que echarle más leña para encender su fuego, alimentarla, porque, muchas veces, caemos en la autoficción, por ejemplo. Está bien la autoficción, pero tenemos que encontrar fuerzas imaginativas en otros géneros. Y ahí la poesía ocupa un lugar fundamental. No se puede separar la poesía de la imaginación y de la ficción. Incluso de la mentira.
Mentira
La mentira es como una estrategia retórica extremadamente sofisticada. Y hay que reivindicarla en cierto sentido. En mi primer libro aparecían muchas reflexiones en torno a la verdad y la mentira. Entre lo que nos contamos que parece verdad. La mentira tiene un componente de cohesión social y de reparación con el otro que hay que observar, aunque sea problemático.