Paco Cerdá: “Eso de las dos Españas siempre ha sido una mentira, y más el 14 de abril de 1931”

DICCIONARIO DE.... El periodista, editor y escritor valenciano sobre la jornada en que se proclamó la República en España y cambió el destino del país. Cerdá cuenta en nuestro Club de Lectura desde el origen del libro hasta su sistema de escritura
El escritor español Paco Cerdá, autor de la novela '14 de abril', sobre la jornada de proclamación de la República. / Foto cortesía de Libros del Asteroide
WINSTON MANRIQUE SABOGAL  03/03/2023

“Nace la República, muere Emilio”. Ese sería el titular que habría puesto Paco Cerdá el 14 de abril de 1931 en su crónica sobre la proclamación de la Segunda República en España, en reemplazó al rey Alfonso XIII, tras las elecciones municipales. En ese día centra el periodista y escritor valenciano (1985) su nueva obra: 14 de abril (Libros del
Asteroide).

Se trata de un libro mixto, entre la novela basada en hechos reales y el ensayo de no ficción que busca que el lector viva aquella jornada a través de las vidas de personas anónimas y olvidadas, en una especie de coro que arma, poco a poco, un mosaico de luces y sombras de la España que cortó con su pasado de manera improvisada sin sospechar hacia dónde iba.

Paco Cerdá fue el invitado al Club de Lectura de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, en el mes de febrero de 2023. El autor de novelas como El peón conversó con Rafael Caunedo, escritor y coordinador del este club, en la sala Callao, de Ámbito Cultural.

El siguiente es el diccionario de la carpintería de la trastienda de aquel día crucial en la historia de España:

Inspiración
Llevaba varios meses pensando qué libro escribir después de El peón. Un día estaba en una pizzería esperando y pensando qué escribir. Pocos meses antes había caído en mis
manos la novela 14 de julio, de Éric Vuillard, que retrata la llegada de la Revolución Francesa. Fue como un flash, y pensé: ¿Si tuviera que hacer algo sobre un día de la historia de España que día elegiría? Y estando en la pizzería pensé: el 14 de abril, fue el primer día que me vino. Regresé a casa, me comí la pizza, me metí en Google para ver si había algo similar sobre el 14 de abril de 1931. Un ejercicio de crónica, de no ficción, algo novelado que rescatara ese único día.

Desde el primer momento tenía claro que el narrador no sabría qué pasaría a partir del 15 de abril. No quería jugar con esa ventaja, no quería que se reflejara que todos los futuros de España eran posibles en ese momento y los horizontes estaban plenamente abiertos.

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Por qué el 14 y no el 13
Me pregunté por qué si las elecciones fueron el día 12 de abril no se proclamó la República el día 13. Después fui consciente de que el 13 era lunes y no había periódicos. Solo estaba la Hoja del Lunes y había información muy paupérrima sobre lo que aconteció el día anterior. Fue el 14 cuando llegaron los periódicos a primera hora de la mañana a todos los quioscos cuando supo España qué había pasado en las elecciones.

Lo que está claro es que la población española y la juventud, sobre todo, estaba cambiando. Esa generación cree que ese noventayochismo apesadumbrado ha de quedar atrás. El país cambiaba en su tejido social, pero no había correlación institucional en ese cambio. En las elecciones municipales se dieron cuenta de que los partidos afines a la monarquía habían tenido más votos, pero menos escaños.

13 de abril de 1931
La España anterior al 14 de abril de 1931 era como la película de Woody Allen, Match Point, era la bola sobre la red y podía pasar cualquier cosa. Era la España de la incertidumbre. Era la España que un día antes había votado con ilusión y con esperanza romper con un modelo de país marcado por las desigualdades, el fuerte analfabetismo, por un caciquismo que lo impregnaba todo. Era una España que debemos encuadrar en la Europa de lo años treinta, llena de ideales, de utopías, de convulsión política y, seguramente, de maximalismos.

Objetivo
No quería hacer una crónica de qué pasa el 14 de abril sobre cómo cambia el poder de manos, que también, quería algo similar a lo que hice en El peón: poner esas vidas anónimas sin rastro en la Historia. Olvidados que intentan ser como teselas que completan el mosaico general y dan ese cariz humano. Conseguí todos los periódicos de ese día, los fotocopié y los puse en el suelo de mi piso para verlos.

Muertes
La reiteración de muertes y asesinatos aquella jornada cala en mí, algo que no estaba en las crónicas que tenemos todos porque lo que prima es la fiesta y la francachela que caracteriza el 14 de abril. Pero no tanto la tensión en la calle, en las cárceles, la violencia en las manifestaciones, esos primeros conatos de venganza.

Emilio Arauzo Honnorio
No tenía pensado primar la muerte. Pero veo una foto de Emilio Arauzo Honorio, una foto tremenda porque se le ve muriendo en directo. Rompe la imagen estereotipada del 14 de abril que parecía que había sido un gran pasodoble nacional. Muchas mujeres tuvieron ese día su protagonismo en las calles, y es lamentable cómo se retrocedió apenas diez años después.

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Revolución
Fue una revolución improvisada porque no se trata de un pacto de poder. En 24 horas cambia el andamiaje institucional de España. Pasan menos de 24 horas en que una bandera se iza en Éibar, hasta que el rey embarca en Cartagena.

Fue una epopeya sin guion. No había una hoja de ruta. El pacto de San Sebastián amalgamó a todas las fuerzas antimonárquicas. Había intereses compartidos, pero no quiere decir que todos los republicanos fueran iguales, ni siquiera toda la sensibilidad antimonárquica fue idéntica. Estaban los anarquistas y los comunistas que pedían el poder para los soviets. Eso de las dos Españas siempre ha sido una mentira, y más el 14 de abril.

República
Creo que la República tuvo en aquellos primeros compases una habilidad para formar un relato dulcificado y épico de ese magma social al que querían representar, pero ellos no eran así. Ni las primeras medidas atendieron a esas reivindicaciones. De hecho, se les recriminó que la República estaba siendo tibia.

Desde el primer momento la República quiso hacer memoria histórica muy temprana con la muerte de Emilio Arauz Honorio, último muerto de la Monarquía. Ese entierro de alguna forma se explica. Políticamente la muerte de una persona no es un funeral normal, busca proyectar un mensaje político.

Fotografías
Me fijo mucho en la fotografía de la época. Para poder recrear de una forma rica narrativamente es preciso poderte asir a imágenes. Para mí es fundamental cuando encuentro una imagen de algo que quiero describir. Eso ya depende de mi ojo el fijarme en qué tipo de sombreros o cómo son las farolas. La fotografía es como una madeja, tirar de muchos hilos distintos.

Escribir
Siempre escribo con dos o tres premisas: que todo sea real, que no tenga que recrear nada, ni novelar, ni inventar nada. Que todo esté apoyado en la documentación.

No sé qué es este libro, lo que sí sé es que intento acercarme a esa crónica de Chaves Nogales, a años luz, de Ramón J. Sender, a esos periodistas del New Yorker de su época más clásica. Son novelas de hechos reales. En la no ficción pueden convivir la narración de los hechos con los mimbres de la novela.

La segunda premisa es la No Fricción: es contar una historia deslizándola sin que encuentre obstáculos en el camino para que llegue al lector de la manera más agradable/artística posible. No hay que renunciar a pegarse a los hechos, pero sí que se puede escribir en primera persona, en segunda persona, en monólogos.