Manuel Vilas: “La literatura sirve para recordar el misterio de la vida y ese complejo sistema emocional que somos”
Buena parte del éxito literario de Manuel Vilas reside en haber seguido los pasos de la “inteligencia natural” de su padre, basada en la búsqueda de la alegría y de la vida, a lo que el escritor sumó la reivindicación de la belleza humilde y el humor. Un poeta prestigioso, desde 1990, cuando publicó El rumor de las llamas, y un novelista exitoso, desde 2018, con Ordesa, su vida en prosa. Pero Vilas es sobre todo poeta, como se aprecia en Una sola vida (Lumen), una antología personal con inéditos.
Con este libro, Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, España, 1962), con ocho poemarios, sendas novelas, siete ensayos y tres volúmenes de cuentos, celebra sus sesenta años. Los compartió en LdeLírica, de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en una conversación con Gonzalo Escarpa y los lectores en la sala Callao, de Madrid.
Un Manuel Vilas que se mostró tal cual, con su gran sentido del humor, ironía, chispa, ingenio, cultura y muy cercano a la gente, como buen heredero de la “inteligencia natural” de su padre. De ese momento surge este Diccionario que descifra, un poco más, su universo personal-literario:
Escribir. Para mí es importante saber que hay alguien al otro lado. Cuando escribo necesito pensar que hay una utilidad en eso. Que alguien va a leerlo. Que esa persona va a entender y tener una complicidad conmigo. Vamos a estar solos los dos, que es una obsesión que tengo: el duro y áspero fantasma de la soledad. Conjurarlo a través de la literatura. La narrativa es un género popular y la poesía, desgraciadamente, no lo es. Para mí un sueño maravilloso sería que la poesía se convirtiera en un género popular.
Belleza. Lo que me entristece es la falta de belleza que hay en nuestras vidas. La dificultad que tiene cualquier ciudadano o ciudadana en encontrar belleza en la vida normal, belleza humilde. Escoger algo porque sea bello, aunque no sea funcional. Echo en falta la belleza.
Berlanga / Buñuel. Me han ayudado a entender este país. Sus películas son una forma de reconciliarte. Berlanga te auxilia y te da una dimensión humorística para que entiendas mejor la españolada que te esté pasando.
Best seller. A veces, desde los ámbitos literarios más radiales, se censura la oportunidad cultural que hay en los best sellers, que es ninguna, muchas veces, pero, también, hay grados entre los best sellers. A veces, no se sabe muy bien cuál es la frontera entre un best seller y la literatura. No es fácil escribir uno. Si supieras hacerlo cómo no lo ibas a escribir. Conozco autores que venden millones, eso da un enorme placer porque significa que has llegado al corazón de muchísima gente. También tenía un amigo que decía: “No hay nada más triste que un best seller que no se vende”.
Capitalismo. Vivimos en el capitalismo, nadie se libra de estar aquí. Uno de los datos más férreos y consistentes del capitalismo es que tienes que ganar dinero, y si no ganas dinero ¡Algo pasa contigo! Una de las experiencias más alucinantes de mi vida es tratar de fotografiar al capitalismo. Es lo que estamos viviendo, donde vivimos.
Coches. Están muy presentes en mis libros. Cuando uno sale a la calle lo primero que ve son coches. Y si los coches están en la realidad, tienen que estar en la literatura. Además, esta obsesión con los coches es porque mi padre era viajante y en mi casa éramos: mi padre, mi madre, mi hermano, el coche y yo.
Comedia. Lo que sí me interesa de la literatura es que en la vida hay una comedia en todo.
Desgracia. La desgracia de los escritores es que lo que vivimos luego tenemos que contarlo, de lo contrario nos quedamos insatisfechos.
Escritor. Un escritor no está a favor ni en contra de nada; se dedica a hacerle fotos a la vida. Y el lector que decida.
Humildad. Me gusta mucho porque veo en ella cosas buenas. Reivindico mucho la belleza humilde: una piedra, un árbol, una luz, un vaso de agua cuando te levantas por la mañana.
Humor. Hay muchos sentidos del humor. A mí el humor me sirve para comprender. Hay una cosa que hace el humor, y es la que más me gusta: cuestiona la autoridad. Cuestiona la visión unitaria de las cosas. Siempre abre una perspectiva distinta. Es un amigo de la tolerancia. El humor es tan importante en mi vida que ya no sé hablar en serio. Dos grandes obras de la literatura que me fascinan han sido escritas por humoristas que me han tocado el corazón: Cervantes y Kafka. Luego está Buñuel que es otro gran humorista. Yo, al principio, no veía humor. La vida te va enseñando. Cuando descubres el humor es cuando negocias bien con la vida.
Imagen. Soy un gran inconsciente de la imagen que puede haber de mí. De quién soy ante los demás. Yo vivo de explorar, arañar, hurgar mi obsesión, que es escribir.
Inteligencia natural. Reivindico mucho la inteligencia natural de mi padre que no estudio, como muchos padres españoles, que se basaba en la búsqueda de la alegría y de la vida.
Literatura. Literatura puede ser todo aquello que a un señor y a una señora cuando lee le toca el corazón.
Es la posibilidad de vivir otras vidas que caen dentro de la literaria y no de la realidad.
La literatura es un fenómeno tan versátil, tan plural, tan líquido, tan difícil de decir: “Es esto”.
Lou Reed. A mí Lou Reed me educó, me educó la mirada. Lo escuché por primera vez a los 12 años. Vivía en Barbastro, un pueblo de 13.000 habitantes, donde la modernidad se manifestaba en el escaparate de una tienda de discos. Era una España con muchos curas y militares, y en esos escaparates de discos aparecían las cubiertas de los vinilos y uno se preguntaba: ¿dónde ocurre todo esto? Un día me compré el Rock and roll animal, de Lou Reed, en 1975, con 12 años. Luego la prensa musical dijo que le faltaba el tema Heroin. Me había gastado 350 pesetas en el disco y no estaba entero. En mi casa no se hablaba de política porque mi abuelo había sido represaliado por el franquismo. Empecé a investigar por qué mi disco estaba censurado, y descubrí que había una dictadura en España. Así me enteré de que vivíamos en una dictadura. Cuando Lou Reed murió me quedé absolutamente ensombrecido. La única manera que tuve de enfrentar el suceso fue escribir Lou Reed era español.
Poemas. Los poemas tienen que venir cuando ellos quieren. Los poemas son complicados, te eligen a ti. Lo que trabajo es la prosa, es hacer paredes, construir casas. La poesía es otra cosa.
Poesía narrativa. Veo la vida a través de historias. Mi manera de explicar lo que veo es contando una historia, narrar algo donde la vida se refleja. En mis poemas narrativos siempre hay un vuelco de carácter poético, filosófico, del significado de la vida.
Precisión y sencillez. Mi desafío como escritor es lograr la precisión y la sencillez, dos grandes desafíos, porque no son fáciles de alcanzar. Hay algo que necesito con urgencia, y es que me entiendan, que no vaya a haber confusión en lo que quiero decir, que haya claridad.
Vida. La vida es algo que me maravilla, el gran misterio y milagro que es estar vivos. No debemos olvidarlo nunca. La literatura sirve para recodar el misterio. Todo ese complejo sistema emocional que somos hay que celebrarlo constantemente.
- Una sola vida. Manuel Vilas (Lumen)