Luis García-Rey: “Hay una corriente de exceso de truculencia, casi gore, en la novela negra”
“Cuando miro atrás pienso: ¿cómo ha ocurrido esto? Es sorprendente. Axel la escribí en pandemia, 2020, pero se publicó el año pasado. Loor la escribí haciendo encajes de bolillos con los horarios de trabajo y sacrificando parte de mi vida personal. Escribir me hace tan feliz, me hace tanto bien en el día a día, me relaja tantísimo, me desconecta de mis problemas y a la gente le gusta y se acerca a mí con cariño y me llega este premio que todo esto no deja de ser gasolina para seguir escribiendo”.
Es Luis García-Rey (Vigo, España, 1981), perplejo aún de lo veloz que va su faceta de escritor de novela negra. En catorce meses pasó de un debut literario a obtener el Premio Primavera de Novela 2024 con Loor (Espasa-Ámbito Cultural). Un nuevo escritor y personaje policíaco que ha llegado al barrio de la novela negra y quiere quedarse. Sus armas son los crímenes de personas corrientes que toman una decisión nefasta en momentos inesperados. Es lo que parece que le sucede a Loor Galván compañera del comisario Axel Nash cuando, tras una noche de fiesta, amanece en la cama junto a un cadáver.
A partir de ahí la historia entra en territorios actuales combinados con los de siempre: las redes sociales, los influencers, la fama, la música, las relaciones tóxicas, los celos, la presión de los medios de comunicación… porque una de las víctimas es una estrella del rock.
Luis García-Rey es un lector apasionado del género que vio en el confinamiento del covid19 la oportunidad de probar suerte con la escritura aprovechando la pausa de su trabajo como periodista del programa de televisión Deportes Cuatro. Ahora presenta Desmarque, de Telecinco, participa por las noches en el Partidazo de radio COPE, y dirige el Máster de Periodismo Deportivo de la Universidad Villanueva.
W. Manrique Sabogal. ¿Con varios trabajos, a qué hora escribe? ¿Cómo surgió el personaje de Axel?
Luis García-Rey. Surgió en pandemia, 2020. Soy lector de novela y me gusta el juego de saber si el autor es capaz de engañar al lector sobre cómo resolver el caso con las pistas que el escritor va dejando. Quería saber si era capaz de hacerlo. El gran problema que tenía era el tiempo, pero cuando llega la pandemia y cierran el planeta me encuentro con la oportunidad de mi vida. Pensaba que si algún día escribía un personaje policíaco necesitaba que fuera parecido a Axel. No quería un personaje demasiado tradicional ni demasiado elegante. Quería un tipo en plena acción, siempre inquieto, haciendo cosas. En la vida me interesa este tipo de personas, yo soy más tranquilo. En pandemia escribía todas las mañanas y, como tenía el día por delante, seguía pensando. Ahora no puedo porque estoy a pleno rendimiento en la tele, en la radio y en la universidad. Para escribir Loor tuve que sacrificar mi vida personal y organizarme en función del día. Cada jornada era una aventura: había días que escribía a primera hora de la mañana, otros a la hora de comer y otros por la noche. Incluso, a veces, de madrugada, al volver de la radio. Pero todos los días escribía. Para seguir enganchado a la historia necesito estar en contacto con mis protagonistas.
W. Manrique Sabogal. Jo Nesbø es uno de sus autores de referencia en este género.
Luis García-Rey. Por su personaje fascinante de Harry Hole, es su cumbre narrativa. Siempre he querido que Axel sea el Harry Hole español. Otro autor es Domingo Villar. Creo que su Leo Caldas es súper elegante y redondo, y me sirve de referencia para escribir. Y soy fan de Don Winslow, es el número uno.
W. Manrique Sabogal. ¿Por qué cree que, desde la serie Millennium, de Stieg Larson se ha despertado este interés por la novela negra y policíaca, enriquecida, además, por escritoras y personajes femeninos?
Luis García-Rey. Estamos en un momento de explosión porque hay mucho talento. Se retroalimenta: hay nuevos autores, las editoriales publican y a la gente le gusta, todos ganamos. Es un género inmortal, como la novela romántica. Es un juego a ver quién pilla a quién, y eso te hace seguir leyendo; y con la romántica pasa porque el amor es el motor de nuestras vidas.
W. Manrique Sabogal. En el amor lo entiendo, pero ¿en la novela negra cree que es porque la gente quiere descifrar un enigma?
Luis García-Rey. Ese es un argumento. Pero, también, en la novela policíaca se tratan temas muy universales. Por ejemplo, Loor trata relaciones tóxicas, los celos que todos hemos sentido, como objeto pasivo o activo, el precio de la fama, las redes sociales, son temas muy actuales. Que en este caso sea asesinada una influencer acerca la gente a la historia.
W. Manrique Sabogal. Otra línea del género es la truculencia. ¿Por qué ese interés de los lectores?
Luis García-Rey. El ser humano es curioso, cotilla y morboso por naturaleza. Todos tenemos un lado oscuro, pero lo tenemos dormido, bajo control, y cuando hace clic todos sentimos una mezcla de miedo y de curiosidad. Y de mucho morbo. Y, ahora mismo, hay una corriente de exceso de truculencia, casi gore, en la novela negra. Mis novelas son crudas en cuanto a la descripción de asesinatos, pero no creo que sean demasiado truculentas, y hay un punto de humor en los diálogos que rebaja la dosis de sangre y truculencia.
W. Manrique Sabogal. Y hay un punto de intimidad y existencialismo en los personajes que los humaniza.
Luis García-Rey. Hay un punto en que puedes llegar a empatizar con los criminales, porque las motivaciones tienen una índole humana. Pero en mis novelas no hay un asesino de maldad por la maldad, de espíritu maligno. Es gente que en un momento dado toma decisiones nocivas y se ven dominados y superados por las circunstancias. Y esa pérdida de control te puede llevar a sitios muy fastidiados.
W. Manrique Sabogal. La gente siente interés por ese tipo de historias, como antes la prensa vespertina, sobre todo, luego en la televisión, ahora en la prensa escrita en general, de tal manera que, hoy, los programas de televisión cuentan con expertos o periodistas para hablar de todo esto en directo.
Luis García-Rey. Somos bastante esclavos de la audiencia. La mediatización de crímenes a la gente le interesa muchísimo. Ahí entramos en una espiral peligrosa, porque, a veces, la víctima necesita que el caso se haga mediático para que se doten recursos a la investigación y, al final, la Policía siente presión, mientras la víctima expone su intimidad. Es una pescadilla que se muerde la cola. Los datos muestran que los sucesos y crímenes despiertan un interés mayúsculo en la audiencia.
W. Manrique Sabogal. A la gente le gusta eso, pero hasta qué punto la masa tiene responsabilidad, mientras que los medios sí tienen unos responsables claros sobre su política informativa. Es el debate eterno de si se le debe dar a la gente siempre lo que quiere. Antes esto se consideraba nefasto y estaba restringido a un tipo de programas desdeñados, ahora todos están en ello.
Luis García-Rey. Y pasa con el deporte, la política, se polarizan las visiones de la realidad y eso te coloca en un lado o en otro. Eso genera debate, por tanto, contenido, y luego audiencia. Pero, como dices, los periodistas tenemos la responsabilidad. ¿Pero, dónde ponemos el límite? Porque siempre se acaba empujando un poquito más allá. Es algo peligroso porque es nocivo. Estás alimentando el morbo y jugando con la intimidad. Tendría que haber unos mecanismos de control, pero como no existen.