Los versos como arte vivo en el Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica

El 1 de mayo de 2022 terminan las inscripciones para participar en la IV edición de este premio. Sus anteriores ganadores cuentan sus experiencias y cómo el galardón les ha cambiado la vida
De izquierda a derecha: los poetas Miguel Sánchez Santamaría, Marta Vicente Antolín y Paloma Chen, ganadores de las tres primeras ediciones del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica. /Ámbito Cultural
Ámbito Cultural  19/04/2022

Una o un poeta está en camino de ser conocido y ampliar el mapa poético en español. Ahora mismo prepara sus poemas, los selecciona y explora la mejor voz para cantarlos ante el público del IV Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica, organizado por Ámbito Cultural y la colaboración de la Piscifactoría. Este 2022 la fecha límite para inscribirse es el 1 de mayo, luego empezarán las eliminatorias por todo el país, el ganador se conocerá la primera quincena de septiembre y, pocos días después, participará en el Hay Festival de Segovia. (Puedes consultar las bases del Premio AQUÍ)

Si estos poetas que ahora se preparan para aspirar al premio son la prueba de que verso y voz son uno solo, la prueba de que la poesía es un arte vivo en constante cambio en quien la crea y en quien la lee o escucha son Miguel Sánchez Santamaría, Paloma Chen y Marta Vicente Antolín. Son los tres autores jóvenes ganadores de las tres primeras ediciones del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica.

Es un galardón que enriquece el concepto de poesía de los poetas. El premio, reconoce Miguel Sánchez Santamaría, ganador de la primera edición, “me ha ayudado mucho a concebir la poesía como un arte vivo, un arte con cuerpo y sonido, un arte oral. La oralidad y el escenario no son sólo una pequeña posibilidad dentro de la poesía, sino un eje fundamental. La poesía es palabra y la palabra, antes que texto, es sonido. El premio de Poesía Viva me hizo enamorarme de la palabra oral. La poesía solo puede ser poesía viva”.

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Miguel Sánchez Santamaría al ganar eI I Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica 2019.

 

La experiencia sobre el concepto de la poesía después de obtener el premio es similar en el caso de Paloma Chen, ganadora de la segunda edición: “Sí ha cambiado mi concepto de la poesía. Quizá antes de presentarme al premio no tenía muy en cuenta la recitación, interpretación, del poema, lo performático que puede haber cuando, por ejemplo, recitas un poema. Igual que tenía una concepción más limitada de lo que podía ser la poesía que estaba en un libro. A lo largo del tiempo, cada vez la concibo más como que puede ser multidisciplinar y combinarse con muchas artes”.

Marta Vicente Antolín, ganadora de la tercera edición, amplía esta aproximación sobre la evolución que ha tenido en ella el concepto de la poesía: “El premio me ha dado muchas cosas: mejora en la organización de ideas en el recitado, escucha activa, me ha permitido conocer y ser conocida, me ha enseñado a ser exigente con los textos, a apostar por una poesía coherente y funcional en el escenario... Pero no ha cambiado mi concepto de la poesía. Y no ha cambiado porque tampoco estoy segura de qué es mi concepto de poesía, cuál es y cómo podría cambiar. Quizás puedo pensar que es una vibración, quizás eso pueda moldearse, pero no cambiar. Puede que el premio haya moldeado mi vibración de la poesía”.

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Paloma Chen, ganadora de la segunda edición del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica 2020.

 

Los tres poetas son mucho más de lo que los organizadores del Premio imaginaban. Los tres, afirma Gonzalo Escarpa, poeta, director de la Piscifactoría y coordinador del ciclo #LdeLírica: “son sorprendentes, jóvenes, sí, pero maduros, sólidos, plenamente conscientes del prodigio que supone alumbrar lo poético”. Escarpa traza el perfil de cada uno los tres ganadores:

“Cuando Miguel Sánchez Santamaría se alzó con el premio en la primera edición sabíamos que habíamos encontrado un talento total, un joven con la energía híbrida y apasionada que se había ganado a todos los jurados por su precisión, su capacidad evocadora y su verso rotundo, dueño de una poética plenamente adulta. Poco tiempo después obtuvo una beca de creación en la Fundación Antonio Gala, en Córdoba, y lo felicitamos, y nos felicitamos.

El caso de Paloma Chen nos confirmó que el Premio había nacido para ser útil. Desde un rincón de Alicante se alzaba su voz imperiosa, multicrítica, comprometida con las minorías. Su poesía se afiló, se hizo aún más inmensa, se pulió, y su voz llegó rápidamente a los principales festivales de España y cristalizó en un poemario publicado por Letraversal que supone la consolidación de su propuesta. 

Marta Vicente Antolín, el tercer año, nos regaló la sensación de estar apoyando al talento distinto, el superior, el implosivo. Una gaditana afincada en Madrid, a punto de ser médico, pero que ya es poeta, con una voz tan dulce como acuchillada, dueña de una concepción escénica innata”.

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Marta Vicente Antolín, ganadora de la tercera edición del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica 2021.

 

Así ven a estos tres poetas quienes los premiaron, pero, ¿qué creen los propios autores sobre lo que les ha dado el premio?

Lo primero que reconoce Miguel Sánchez Santamaría es que le ha permitido seguir caminando en la poesía. Además, añade, “de darme la motivación para seguir buscando lugares en los que exponer mi trabajo, ha sido imprescindible para poder obtener una beca en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, donde actualmente me encuentro, disfrutando de una residencia artística de varios meses”

Darse a conocer y tener contacto con el colectivo poético son algunas de las cosas que más valora Paloma Chen. Tras ganar el premio en 2020 su vida poética tiene una pequeña historia que ella resume así: “A partir del premio conocí a Violeta Niebla y Ángelo Néstore que organizan el Festival Irreconciliables en Málaga. A partir de ahí pude publicar en la editorial que lleva Néstore, Letrasversal, mi primer poemario, Invocación a las mayorías silenciosas. Además, me ha dado oportunidades para recitar en muchos festivales”.

Por rutas parecidas ha llevado este Premio a Marta Vicente Antolín. A esa visibilidad de la cual hablan sus dos colegas, la poeta suma el haber conocido “gente excepcional en el concurso, tanto los ganadores de otros años, como los semifinalistas y finalistas con los que tuve la suerte de coincidir; he tenido, también, la oportunidad de recitar es Poesía o Barbarie y publicaremos un libro en abril con La Imprenta”.

Pronto a este mapa poético se sumará un nuevo poeta. Para esta cuarta edición, explica Gonzalo Escarpa, se ha creado un accésit para poetas que viven fuera de España, “en atención a la calidad de la poesía latinoamericana y apoyo a todos los migrantes que por diferentes causas escriben y viven en otros países”. En aras de trascender el propio escenario del Premio para dar más visibilidad al ganador, este 2022 colaboran con el Hay Festival de Segovia.