Iñaki Gabilondo y Jordi Évole, una lección magistral de cómo hacer entrevistas
Iñaki Gabilondo y Jordi Évole conversaron sobre el género de la entrevista y dieron una lección de periodismo y de vida. Los separan cuatro décadas de profesión. Cuando Évole nació, en 1974, Gabilondo llevaba once años ejerciendo y ya era el director de la Cadena SER en Sevilla. Évole creció escuchándolo. Hoy, los dos son un referente del periodismo español, Gabilondo con todo el prestigio y ya retirado, y Évole en un momento de consagración profesional.
Ambos fueron los invitados a la cuarta sesión del ciclo Hotel Florida, de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, en la sala de Callao, de Madrid, el 24 de enero de 2024. Unas jornadas que rinden homenaje al Hotel que estuvo allí, entre los años veinte y sesenta del siglo XX, por donde pasó la modernidad cultural, y se hospedaron escritores y corresponsales para cubrir la Guerra Civil española (1936-1939)
El género de la entrevista fue el tema sobre el cual dialogaron Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942) y Jordi Évole (Cornellá de Llobregat, 1974). El primero adquirió notoriedad nacional tras su presencia en la SER, luego al frente de los informativos de Televisión Española, a comienzos de los años ochenta, y de regreso a la SER, para dirigir con éxito Hoy por Hoy. El segundo se dio a conocer por el programa de televisión Buenafuente, más tarde se hizo un nombre con su propio espacio llamado Salvados, y desde 2019 lo ratificó con Lo de Évole, además del documental No me llame Ternera. De su charla surge esta bitácora de anécdotas personales y recomendaciones para ejercer un buen periodismo: desde saber escuchar al entrevistado, hasta no olvidar que el importante es el invitado, pasando por que el periodista debe recordar que es un médium entre los que tienen algo que decir y la sociedad:
Iñaki Gabilondo. Tengo la sensación que las entrevistas que he hecho han tenido una gran dificultad, porque han sido en tiempo real. Es un género diferente. Tiene que pasar lo que sea que pase en el tiempo que tienes. Es un encuentro a tres: el que pregunta, el que responde y el reloj. Si el entrevistado se encuentra en una situación incómoda, con un poco de arte hace que solo se produzcan tres o cuatro preguntas. Las entrevistas con grandes personalidades tienen el inconveniente de que tienen articuladas una relación de respuestas. En tiempo real el invitado muy maleado te torea y el tiempo te aprieta. Tú, Jordi, haces entrevistas que son una producción audiovisual.
Jordi Évole. Son géneros distintos. Yo en una entrevista no tengo por qué empezar a todo gas, como lo hacías tú, que desde el primer momento, tenía ya que haber chicha. Puedo hacer un calentamiento que luego no va a estar en el metraje. Nunca tenemos una entrevista de veinte minutos, nosotros lo que menos grabamos son dos horas.
Gabilondo. Lo fundamental es saber escuchar. Tener la intención de entender lo que está queriendo decir el entrevistado. No se pueden tener moldes que se vayan reproduciendo en todos los casos.
Évole. Como entrevista difícil citaría el documental que hice de Josu Urrutikoetxea, No me llame Ternera. Una entrevista donde te estás jugando mucho más que el invitado. Tienes una responsabilidad enorme. Eres el último escalón de todo un proceso de elaboración de esa entrevista. Desde el día en que alguien dijo en la redacción que por qué no entrevistábamos a Josu Urrutikoetxea hasta la entrevista, igual han pasado tres años. En esta profesión, si no asumimos la responsabilidad, estamos siendo negligentes.