Elvira Lindo: “Uno va dejando fantasmas de sí mismo en los sitios donde ha estado”
“Uno va dejando fantasmas de sí mismo en los sitios donde ha estado en la vida”, asegura Elvira Lindo. Y sobre esa idea levantó su reciente novela, En la boca del lobo (Seix Barral), una fábula para adultos contada por una niña en un territorio situado entre el mundo real, los sueños, los fantasmas, los miedos y las esperanzas. Una historia que se va desplegando, párrafo a párrafo, con pistas de un rompecabezas de un mundo entre el aquí y el más allá, entre el ahora, el pasado y el futuro, hasta que se conoce un suceso que cambia la perspectiva de la novela y las piezas encajen para mostrar la verdadera realidad de la niña que narra.
Es un paso más en los recursos literarios de Elvira Lindo (Cádiz, 1962). La historia del origen y la construcción de En la boca del Lobo los compartió en el Club de Lectura de octubre de Ámbito Cultural, coordinado por Rafael Caunedo, en la sala Callao de El Corte Inglés de Madrid.
Esta novela es un ejemplo de los giros insospechados a los que se enfrenta un creador y la manera de cómo salir victorioso. En la boca del lobo surge de un reencuentro de la escritora con su infancia, cuando un instante luminoso la lleva a cambiar el tema de la novela que escribía.
Y fue así como no dudó la creadora de obras infantiles y juveniles ya clásicas, como la serie Manolito Gafotas, la columnista apreciada y popular, la escritora consagrada de novelas como El otro barrio, Una palabra tuya, Lo que me queda por vivir y A corazón abierto, y también, la guionista de series y películas.
La escritora lo contó a sus lectores en esta charla de la que surge este Diccionario Elvira Lindo:
Escenario: El rincón de Ademuz
El escenario es muy importante. La novela no hubiera sido posible en otro escenario. Yo lo conozco bien. Mi madre nació en Ademuz, un pueblo de una comarca que se llama El rincón de Ademuz. Está en Valencia, pero más arriba en el mapa, se sitúa al lado de Teruel, con lo cual se crean costumbres cruzadas con, por ejemplo, un acento maño suavizado y costumbres valencianas. Eso me da una mirada muy emocional.
Fantasmas
Yo estaba haciendo unos relatos sobre cómo eran las relaciones amorosas y sexuales de las chicas de los años ochenta, tan diferente a lo que es ahora. En esa investigación subí a la aldea más alta de El Rincón de Ademuz, que se llama Sesga, y me quedé enamorada de la aldea. Allí los pueblos parecen nacer de la tierra. Al llegar, no sé si se llama inspiración, pero cuando te da hay que seguirla. Y le dije a mi editora: es una historia de fantasmas, va a parecer que es realista al principio, pero luego va a tirar por diferentes lados.
Uno va dejando fanta mas de sí mismo en los sitios que ha estado en la vida. Como decía Conrad: Hay fantasmas de los muertos, pero también de los vivos. Y yo tengo mi fantasma aquí.
Es una novela de misterio, y me resultaba difícil decir que, también, había un abuso a una niña. Esta novela no trata de un tema, se llega allí. Yo no quería un fantasma de mí, entonces me llegaron las voces de dos amigas que habían sufrido abusos en la infancia. Y dije: Voy a tratar de desvelar cómo es el trauma a lo largo de la vida.
Frankenstein
La novela de Mary Shelley fue importante para mí porque hay algo en ese libro. Mary Shelley lo escribió joven y con mucha libertad, sin pensar en modas. Tiene una forma de relatar la naturaleza que es muy romántica, la naturaleza forma parte del estado de ánimo de los personajes. Una de las cosas que más me gustó de esa novela fue eso, que estaba integrada a la naturaleza, al estado de ánimo. Y vi que las personas somos como los animales y las plantas. Fue como decirme a mí misma: No tengas miedo, no tengas complejos y lánzate a contar ese mundo natural. Yo conozco esa naturaleza desde que tengo memoria, pero el problema era cómo contarlo.
Narrador
La narradora es una niña, Julieta. Tenía que ser ella, aunque me generó muchas dudas. Escribir una primera persona con niños es algo que ya he tratado mucho en mis libros y que conozco. Pero en este casó me preguntaba cómo habla esta niña. De repente, me surgió: no habla de manera realista, es el alma quien habla, y al pensar eso, ya no me preocuparon los giros verbales y que hablara mucho más profundo que lo normal.
Sufrimiento, apropiación del
Escuchar es muy difícil. Todos pensamos que sabemos escuchar. En ese saber escuchar hay personas que se aprovechan y te cuentan todo lo que padecen. Te llenan tanto la cabeza de sufrimiento que, al final, dicen: Y tú, ¿qué tal estás? A nivel más íntimo y familiar eso sucede, también. Hay un reparto de papeles y hay quien se coloca la medalla de campeón del sufrimiento. Lo positivo que puede tener es que esas personas acaparan tanto el sufrimiento que, a ti, de alguna manera, te libera de contar. Y dices: Me voy a conformar con pequeñas cosas en la vida, porque lo que tiene esta persona es demasiado grande.
Tono
El tono es algo importantísimo al escribir. Tiene que ver con la música. Cada libro tiene una música, y para mí es importante la música del libro. Si tu dejas muchos días sin tocar esa melodía, a lo mejor cuando vuelves a empezar a escribir ya hay otro tono. Normalmente lo que hago es volver para atrás, aunque sea para corregir cosas, hasta verme inmersa en el tono y ya puedo seguir para adelante.