El futuro musical de España a ritmo de lo ancestral y el folclor

Niño de Elche, Bauica, Travis Birds, Carlos Barral y otros artistas explican la tendencia exitosa del mestizaje de la música tradicional con los sonidos más vanguardistas
Diana M. Horta  05/04/2022

¡Adiós a las etiquetas musicales! ¡Bienvenido el mestizaje! Los sonidos y los instrumentos ancestrales y del folclor insuflan nueva vida a la música contemporánea en España. El diálogo entre el pasado y el presente rompe etiquetas y genera una amalgama de ritmos que mezclan tradición, diversidad y vanguardia sin fronteras. Es lo antiguo o esquinado puesto al día sin complejos. Una tendencia mundial que en la España contemporánea se aprecia en artistas que van de Los Planetas con Niño de Elche y Silvia Pérez Cruz a Baiuca y Rosalía, quienes, además, despiertan un nuevo orgullo por músicas olvidadas y exportables.  

“Lo que está aportando la música de artistas españoles es una superación de diversos prejuicios políticos que arrastrábamos de la época franquista”, afirma Niño de Elche. Y añade que estas conexiones musicales “debe ser porque toda generación inquieta termina siendo conservadora, pero lo importante es el camino andado, las huellas”.

Este horizonte hacia la actualización de la memoria musical en España parece venir de muy atrás. Entre sus pioneros está Camarón a través de discos como La leyenda del tiempo (1979) que revolucionó el flamenco. Este reencuentro con el pasado en América Latina tiene desde hace varios años su reflejo en cantantes como Lila Downs y las bandas Café Tacvba o Maldita vecindad de México o Aterciopelados, de Colombia.

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“Hay una vuelta a la raíz más folclórica dentro de la corriente contemporánea y una búsqueda por recuperar la parte más orgánica y sencilla y transformarla a los colores más actuales”, explica la cantautora madrileña Travis Birds.

Tonos que en otros tiempos eran vistos como casposos y hacían sentir vergüenza, dice Alex Casanova, creador de Baiuca, referente de la folktrónica, han sido borrados por nuevos grupos y artistas que revisan la cultura popular para acercarla a la actualidad. Hay nuevas generaciones, explica Baiuca, que “han crecido con otros intereses musicales, tal vez más desapegados de su tierra, pero que hoy en día vuelven a conectar con ella”.

El artista lanzó en 2021 su disco Embruxo una especie de rave a base de pandeiros, gaitas, flautas y otros instrumentos gallegos que crean una auténtica pirotecnia donde se funden lo tradicional con lo más moderno en ritmos pegadizos. Baiuca asegura que esas búsquedas de lo ancestral se hacen por toda la península. Galicia, explica el artista, “es un vergel popular, con una gran presencia en la sociedad de canciones, instrumentos, bailes que hacen que el folklore siga muy vivo”. Reconoce que, quizás, en otros lugares de la península esto no sea tan así, “por eso es tan importante la exploración que se está empezando a hacer en muchos lugares para revivir músicas olvidadas, o en otros en los que están más vivas poder conectarlas con las nuevas generaciones”.

La clave del atractivo de España por sus músicas y reivindicaciones sonoras empieza por su propia situación geográfica privilegiada de cruce de caminos y encrucijada de culturas, explica Fernando Neira, coordinador del ciclo Así nacen las canciones y crítico musical de la cadena SER y El País. Se trata de un país de gran riqueza etnográfica, añade Neira, donde confluyen diversas familias musicales, y cita varios ejemplos: “La cornisa cantábrica nos conecta con la tradición celta; en Galicia encontramos ritmos africanos gracias a la inmigración; a la orilla mediterránea llegan, sobre todo, sonidos de Italia y Grecia; tenemos la jota como elemento autóctono y mucho portencial y la gran diversidad polirítmica de la música castellana”.

Ese crisol de ritmos, instrumentos, sonidos y voces que produce hoy una fuga hacia la modernización de las raíces la celebra Carlos Barral cuando dice que “por fin la música española está aportando mucha frescura, se está desacomplejando y respondiendo mucho más a la creatividad del artista que al mercado. Eso se nota en una mayor diversidad, más creatividad y más calidad. Además, está demostrando que eso es lo que realmente mueve el mercado; la autenticidad”.

Artistas muy jóvenes como Ede asegura que su generación “no tiene miedo a experimentar, a no encajar en ningún estilo. Esto de los estilos se estila menos y los propios creadores somos incapaces de definirnos porque bebemos de muchos estilos”.

Es la consecuencia “natural de absorber tanta música tradicional con todo el input externo internacional”, aclara Alice Wonder. La cantante madrileña de música alternativa destaca que “lo tradicional supura lo queramos o no. Para mí el ingenio a la hora de usarlo a nuestro favor es lo que nos hace diferentes. Somos muy pasionales y lo noto en nuestro sonido”.

Esa inspiración en las bases y en la tradición de las músicas populares de España se disfruta en nombres como Bauica, Los Planetas junto a Niño de Elche, Califato 3/4, Rodrigo Cuevas, Silvia Pérez Cruz, Derby Motoretas Burrito Kachimba, Raül Refree, María del Mar Bonet, Israel Fernández, Fuel Fandango, María José Llergo, El Guincho, Maria Arnal i Marcel Bagés…

Ellos crean sonidos, voces y ritmos que generan escenas inéditas e impensables hace pocos años de jóvenes bailando una jota dance, o descifrando con entusiasmo unas muñeiras tecno, o dando nuevas cadencias al flamenco trap, o enfrascados hablando de las danzas vascas rockerizadas, o inventando movimientos para una rumba reguettonera, o improvisando sonidos jazzísticos para una copla, o… a la espera de todo aquello que exprese músicas cada vez más híbridas y plurales porque saben que el mestizaje mejora el adn.

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Ese crisol de ritmos, instrumentos, sonidos y voces que produce hoy una fuga hacia la modernización de las raíces la celebra Carlos Barral cuando dice que “por fin la música española está aportando mucha frescura, se está desacomplejando y respondiendo mucho más a la creatividad del artista que al mercado. Eso se nota en una mayor diversidad, más creatividad y más calidad. Además, está demostrando que eso es lo que realmente mueve el mercado; la autenticidad”.

Artistas muy jóvenes como Ede asegura que su generación “no tiene miedo a experimentar, a no encajar en ningún estilo. Esto de los estilos se estila menos y los propios creadores somos incapaces de definirnos porque bebemos de muchos estilos”.

Es la consecuencia “natural de absorber tanta música tradicional con todo el input externo internacional”, aclara Alice Wonder. La cantante madrileña de música alternativa destaca que “lo tradicional supura lo queramos o no. Para mí el ingenio a la hora de usarlo a nuestro favor es lo que nos hace diferentes. Somos muy pasionales y lo noto en nuestro sonido”.

Esa inspiración en las bases y en la tradición de las músicas populares de España se disfruta en nombres como Bauica, Los Planetas junto a Niño de Elche, Califato 3/4, Rodrigo Cuevas, Silvia Pérez Cruz, Derby Motoretas Burrito Kachimba, Raül Refree, María del Mar Bonet, Israel Fernández, Fuel Fandango, María José Llergo, El Guincho, Maria Arnal i Marcel Bagés…

Ellos crean sonidos, voces y ritmos que generan escenas inéditas e impensables hace pocos años de jóvenes bailando una jota dance, o descifrando con entusiasmo unas muñeiras tecno, o dando nuevas cadencias al flamenco trap, o enfrascados hablando de las danzas vascas rockerizadas, o inventando movimientos para una rumba reguettonera, o improvisando sonidos jazzísticos para una copla, o… a la espera de todo aquello que exprese músicas cada vez más híbridas y plurales porque saben que el mestizaje mejora el adn.

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