Dani Rovira: “Los cómicos que hemos hecho las Españas hemos aprendido a nadar muy bien en soledad.”
Rocky Balboa. Ese es el personaje que le gustaría hacer a Dani Rovira, y por cuyo protagonista, Sylvester Stallone, perdería los modos para obtener una selfie, una de las debilidades de este actor y comediante español, que lleva ya una década en la cresta de la ola, desde qué rodó Ocho apellidos vascos.
Forjado en bolos como monologuista y comediante por toda España, Rovira (Málaga, 1980) reconoce que entró al cine por azar. Una carrera que le ha llevado hasta tener una experiencia en Hollywood. En este tiempo ha desplegado un amplio registro: de lo cómico al drama, de las películas comerciales a las más comprometidas, sin prejuicios por ningún género cinematográfico.
Este hombre, que anda sumergido siempre en mil proyectos, fue el invitado de febrero en el ciclo de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Mi vida en películas, presentado por Andrea Gutiérrez Bermejo, redactora jefa de la revista Cinemanía y colaboradora de Historia de nuestro cine (RTVE).
El sentido del humor, la capacidad de improvisación y muchas virtudes para ganarse al público las demostró Dani Rovira en la conversación, en la sala Callao, donde compartió los siguientes episodios de su vida en el cine:
Primeras risas en el cine
La primera película que me hizo reír fue Aterriza como puedas. Es la apología a la pamplina, y yo soy muy fan de la pamplina. Si no fue esa película, fue alguna de Antonio Ozores o Andrés Pajares.
Primera película en el cine
Tengo dudas entre dos: Quién engañó a Roger Rabbit o El oso, de Jean-Jacques Annaud. Fui con el cole a los Multicines Regio, en Málaga.
Comedia favorita de la historia del cine
En el ámbito español son Amanece que no es poco y Días de fútbol. Son dos películas valientes, en las que tanto el director como los guionistas y los actores hicieron lo que querían hacer, se lo pasaron bien, fueron muy fieles.
Cine clásico
Parece que siempre tenemos que consumir lo último, cuando hay quinientos estadios de fútbol llenos de películas de hace un montón de años que ya hablaban de eso. Si logras ver el cine clásico, sin caer en el presentismo, impresiona un montón.
Referencias
Tengo dos carreras paralelas. Como cómico, en ella, mientras sentía que me estaba formando, ya había YouTube, pero no quería ver a otros referentes porque soy muy esponja. Empecé, por ejemplo, a ver mucho a Pepe Rubianes, y sé que tengo mucho interiorizado suyo, especialmente, en cuanto a la manera de estar en un escenario. Me daba miedo ser el cómico Frankenstein.
En el cine me he reído mucho con los actores de Animalario. Me fascinan estos actores de comedia que luego te hacen un drama. En Estados Unidos, Robin Williams. Él puede ser mi referente de cómico que pasó a la pantalla.
Escuela de bolos
Los que empezamos en los dosmiles de cómicos, estando de un lado a otro, nos hicimos muy resilientes. En los comienzos se pasa canutas, mucha soledad, mucho coche, tus amigos hacen barbacoas, pero tú estás en tu curro. Esto te forma una personalidad de hierro. Te obliga a vivir guay en la soledad. Los cómicos que hemos hecho las españas, por exceso o por defecto, hemos aprendido a nadar muy bien en soledad.
Cuando me llegó el cine
No busqué ser actor de cine. Esto me ha pasado como en los últimos diez o quince años, que me han tocado a la puerta. Es un sueño, pero tampoco lo tenía contemplado. Me llegó a mis 34.
Mi primera clase de cine fue rodando Ocho apellidos vascos. Fui aprendiendo conforme íbamos haciendo las secuencias. Mi primer casting fue para una película dramática. El director dijo que estaba muy bien pero que ya tenía ese papel asignado. Y pensé: Ya está. Así que seguí a mis radios, a mis monólogos. A los meses mis representantes me llamaron y me dijeron: nos ha llegado un guion y el prota es como para ti. Hicieron prueba a mucha gente y me eligieron para Ocho apellidos vascos.
Actor
Creo que nuestro trabajo es importante, pero no lo suficiente. No somos ni cirujanos ni pilotos de avión.
Método de trabajo
Hago lo que a mí me gustaría ver como espectador. Si haces cosas que crees que al público le gustará, empiezas a traicionarte porque le haces más caso al algoritmo que a tu propio sentir. Si por algo es bonito esta profesión es por la libertad creativa.
Carmen Machi y Karra Elejalde
Trabajar con ellos fue como una experiencia religiosa. Es un lujo. Son las dos personas con las que más me he reído en mi vida. Están tocados con una varita. Decir que he trabajado con ellos es decir lo afortunado que he sido.
Antonio Resines
Me lo tatuaría en el pecho. Me parece un fenómeno de la naturaleza a muchos niveles. Lo envidio mucho, de mayor quiero ser Resines.
Cien metros y Mediterráneo
Son películas comprometidas. No diré que son las dos pelis de las que me siento más orgulloso, pero sí en las que he tenido mi mayor reto. Tengo que agradecer mucho a Marcel Barrena.
Experiencia Hollywood
Al rodar Jungle Cruise (2021) fui muy afortunado, porque ni hice casting ni había vertido mis energías en hacer carrera en Hollywood. Me han dicho que podrían buscarme proyectos y hacer carrera allí, pero para ello debo estar allí y yo no tengo pretensiones hollywoodienses.
Esa peli fue una carambola del destino. El director, Jaume Collet-Serra, había currado con Clara (Lago, su expareja) en esas pelis de Liam Neeson, y un día le contó que necesitaba tres actores latinos o castellanos de comedia con capacidad de improvisar. Y Clara le dijo que me preguntara.
Fui a Atlanta, porque ahora se rueda allí, un par de veces. Trabajé con Emily Blunt y con La Roca, que es enorme. Tiene un gran carisma y se nota por qué provoca lo que provoca a nivel mundial.
Rocky, el personaje soñado
Un personaje de la historia del cine que me gustaría hacer es Rocky. En segunda opción, Indiana Jones. Rocky me lleva a un lugar, no sé si por la nostalgia o qué. Por el único del star system por el que perdería los modos, me haría pipí encima y le pediría un selfie sería por Sylvester Stallone. Y sí, el mejor actor de la historia es Robert De Niro y la mejor actriz es Meryl Streep, pero es que Rocky va por otro lado. La versión española Yo hice a Roque III es divertidísima.
Proyectos
Empezamos a rodar ahora una peli en el País Vasco, con director vasco y muchos vascos, pero no tiene nada que ver con Ocho apellidos vascos. Tengo pendiente dos series, estoy escribiendo el nuevo espectáculo, seguimos con el podcast Mi año favorito, con la fundación no paramos de hacer cosas. Hay una peli en Netfllix, El campeón, de Carlos Therón, que se estrenará a finales de año.
Aburrir no me aburro, y trabajo menos de lo que la gente piensa. Soy muy celoso de mi tiempo libre. Lo que pasa es que como todo lo que hago tiene cierta visibilidad parece que no paro de currar.