Chantal Maillard: “Es preciso desaprender todo lo aprendido para empezar de cero y comprender el mundo”
En Chantal Maillard primero fue el asombro ante la filosofía, poco después llegó el de la poesía. Pero antes la lectura de novelas de caballería, una afición por la cual la echaron de niña del internado cuando la descubrieron leyendo por la noche con una linterna bajo las mantas. En esa sanción empezó todo, sirvió para convertirla en la gran poeta, filósofa y pensadora española que es hoy.
Con un diálogo con Chantal Maillard (Bruselas, 1951) Ámbito Cultural inauguró su nueva sala en El Corte Inglés de Málaga. La ganadora del Premio Nacional de Poesía 2004, por Matar a Platón, y de la Crítica 2007, por Hilos, conversó con Gonzalo Escarpa en el ciclo LdeLírica dentro de la programación del Festival Eñe. Entre sus títulos recientes figuran La herida de la lengua, La compasión difícil, Las venas del dragón (todos en Galaxia Gutenberg), La mujer de pie y el poemario Medea (Tusquets) donde indaga sobre el dolor y la línea que une vida y muerte, y Daniel. Voces en duelo, junto a Piedad Bonnett (Vaso Roto), sobre el sucidio de sus respectivos hijos.
Creación y pensamiento del que surge este Diccionario que aclara mucho sobre el mundo de Chantal Maillard:
Aprender / Desaprender
El aprendizaje es una especie de corsé, nos hace dejar de extrañarnos, y la extrañeza es fundamental para intentar no comprender el mundo. Nos dan todo muy comprensible, muy hecho, masticado. Comprendemos el mundo de la misma manera que nos lavamos los dientes. Luego te das cuenta de que en un momento te quedas ante un abismo. Qué pasa si das todo por no sabido y aprendido, la realidad no es la realidad, es un abismo sin fondo.
Hay que aprender la vida de otra manera. Es preciso desaprender todo lo aprendido para empezar de cero. No hay verdad en ninguna representación, menos lingüística. A partir de ahí, de quedarse en cero, sin nada, quizás es cuando podemos empezar a hacernos una idea de lo que es y no es esto, lo que es realmente.
Chantal
Significa cantar. Me gusta mi nombre porque es lo que he hecho toda mi vida. Empecé haciendo poemas cantando, cuando era adolescente. También tiene que ver con chantaje.
Escribir
Escribir es donde me encuentro más conmigo misma y descubro más de lo que llamo el Mí. La escritura es para mí una especie de ejercicio durante el cual, a medida que vas escribiendo, llega un momento que es de concentración en el que la voz no es mía, en el sentido de que no es la voluntad del Mí, sino una voz que va más lejos de lo personal y que entronca con una voz común, algo en ese abajo donde podemos reconocernos todos. Y eso es maravilloso.
Filosofía
La descubrí a los 14 años. Ahí dejé de leer novelas. Había leído muchas, y cuando topé con Platón me puse a escribir un diálogo platónico. Me abrumó el descubrimiento de cómo razonar y llegar a conclusiones; eso era para mí un gran misterio y una cosa muy placentera poder ir descubriendo, frase tras frase, lingüísticamente, llegar de las premisas a una conclusión.
Era el tiempo de la adolescencia. Pero a los 15 años me puse a cantar, descubrí la poesía. Empecé a leer mucha poesía. Las dos cosas no se pueden mezclar. Me lo dijo un profesor de filosofía. Cuando hablamos de pensamiento es más amplio que lo que llamamos filosofía. Tiene su historia, su estructura y se han pensado ciertas cosas, pero la mayoría no. Cosas que parecen importantes, pero tenían que ver más con conceptos que con otras cosas contra las cuales empecé a escribir. El pensamiento es algo más. No se puede decir que el poema no tiene pensamiento, sería absurdo.
Novelas
Con 12 años escribí la primera novela. Leía novelas de capa y espada, me sentía pequeña mosquetera. Un día me pillaron con un libro debajo de las mantas en el internado por la linterna que tenía. Me llevaron donde la directora y me dijo: Usted va a acabar como su madre. Yo era hija bastarda, a mucha honra, y eso no estaba bien visto, y si leía peor todavía. Me echaron del colegio.
Poema
De mi diario parte el poema o el libro de poemas. Siempre requiere una falsificación, una especie de revisión, pero el ritmo ya está dado, no se puede traducir. Es una escritura de poeta que lleva un ritmo y una respiración, esa es fácilmente traducible al poema porque ya lo es de alguna forma. Es un trabajo posterior de limpiar, de esqueletización, quitar lo que sobra, lo superfluo, para decir siempre los huesos de lo que se quiere decir.
Poesía
Vamos a suponer que el poema tiene un germen y lo adornamos, así tenemos la poesía. La poesía se hace con una retórica, un adornar, algo que si no tiene en sí mismo el núcleo no hay nada, y no da ningún fruto. El núcleo depende de quien quiera expresarlo, de que capte algo que ocurre en ese instante.
Vida
Una cosa es la existencia, desde que se nace hasta que se muere. Pero la vida no es un bien. Estar vivo no siempre es un bien, no para la mayoría. Necesitas hacer algo también, o puedes no hacer nada, pero incluso si no haces nada estarás haciendo algo.
La vida no es ni un misterio ni un problema. No tiene respuesta, y si no tiene respuesta, como diría Wiggenstein, es una pregunta sin sentido. El misterio es misterio mientras te rompes la cabeza intentando ponerle palabras. Misterio es, simplemente, aquello que se calla, que no se enseña en las escuelas para afuera. Había cosas que al gran público no había que decirle porque o entendería. Es preciso un ejercitarse en el silencio de puertas para fuera de ti y también de puertas para dentro de ti. Y el silencio es lo que más nos falta.