Alauda Ruiz de Azúa: “Las comedias románticas son un termómetro para saber cómo se ve el amor en cada época vinculado a los roles de género”

MI VIDA EN PELÍCULAS Con la directora española de cine que ha triunfado con su ópera prima 'Cinco lobitos' y revalidado su talento con 'Eres tú', en Netflix. Repasa en este ciclo las películas de la marcaron e influyeron desde niña, los directores a los que siempre vuelve y dice por qué le interesan las comedias románticas
La directora de cine española Alauda Ruiz de Azúa. /Imagen de Wikipedia
LUIS MANRIQUE RIVAS  11/04/2023

De El club de los poetas muertos a Salto al vacío, de Marilyn Monroe a la Princesa Leia, de Haneke a Koreeda e Isabel Coixet. Todos ellos son referencias clave en el ADN cinematográfico de Alauda Ruiz de Azúa (Baracaldo, País Vasco, 1978), directora de cine que, en 2022, estrenó con éxito su ópera prima intimista Cinco lobitos, y esta temporada muestra su versatilidad con una de las películas más vistas de Netflix: la comedia romántica Eres tú.

Cinco lobitos surge de su experiencia como madre primeriza. Es una película conmovedora, desmitifica la maternidad desde la cotidianidad, y denuncia la manera en la que sobre las mujeres recae la mayor parte de los cuidados. Obtuvo la Biznaga de oro a la mejor película en el Festival de Cine de Málaga y tres de los once premios Goya a los que fue nominada.

Así es el mundo cinematográfico que empieza a construir esta filóloga de literatura inglesa, estudiante de la Escuela de Cine y del Audiovisual de Madrid, y vinculada a la publicidad. Alauda Ruiz de Azúa fue la invitada del mes de marzo al ciclo Mi vida en películas, de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, presentado por Andrea Gutiérrez Bermejo, redactora jefa de la revista Cinemanía y colaboradora de Historia de nuestro cine (RTVE). Una conversación que dejó varios episodios de su vida en el cine como los siguientes:

Cinco lobitos
Quería hablar de una serie de sinergias sociales y culturales que colocaban, estadísticamente, a las mujeres más que a los hombres, en ese coste emocional de los cuidados.

 

Mis primeros recuerdos de cine
En casa, con mi hermana, veíamos mucho Con faldas y a lo loco. Nos divertía Jack Lemmon, y Marilyn Monroe nos parecía súper graciosa. Se mezclan con los recuerdos de Star Wars. La princesa Leia fue un icono. Luego lo he racionalizado y me sentía atraída por ese personaje femenino atípico: era la jefa de todo, siempre tenía muy claras las cosas, había un coqueteo con Han Solo.

 

La primera película que me marcó
Tendría unos 10 años cuando mi madre nos llevó a ver El club de los poetas muertos, de Peter Weir. Salimos del cine y ella nos preguntó qué habíamos entendido. Yo le dije que “si uno no puede estudiar lo que quiere entonces se termina suicidando”. Ella contestó: “¡No, no, no! La película habla de otros temas como vivir las cosas, experimentar”. Fue muy bonito, emocionalmente me dejó removida, pero había otra dimensión que lo abarcaba. Mi madre tenía dos niñas, no nos podía dejar solas en casa y nos llevaba al cine en los límites de la edad de las películas. Y aquí estamos, sin traumas.

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Las películas que me hicieron pensar en ser directora
Hay varias, pero no una concreta como una epifanía. Recuerdo ver El piano, de Jane Campion, antes de ir a la universidad. Fue la manera de contar, de fijarse en según qué cosas. También Llueve sobre mi corazón, de Coppola, me abrió puertas sobre cómo imaginar otras cosas.

 

Las películas españolas que me influyeron
Antes de entrar en la Escuela de Cine me gustaron Julio Medem con Vacas o Los amantes del círculo polar, Salto al vacío de Daniel Calparsoro. Yo soy del País Vasco, como él, de la margen izquierda. No era el cine con el que fantaseaba, pero fue inspirador ver ese golpe de realidad en sitios que yo conocía, y veía cómo alguien los retrataba a través de su mirada. No era París ni Nueva York, era donde yo vivía, un retrato crudo, poderoso. Salto al vacío, seguramente, sí abrió esa puerta.

 

La sencillez de Michael Haneke
De Haneke me gusta su sencillez, pero no simpleza. Es el primer director con el que vi que la gente se salía de una sala de cine. Vi Funny Games sola, donde parece plantearte un dilema porque es como si dijera: Te estoy torturando desde el minuto uno. Pero a mí me podía más la curiosidad.

 

Directoras de referencia
Cuando estaba en la escuela de cine fuimos a ver Mi vida sin mí, de Isabel Coixet. Salimos emocionadísimos, en lo visceral y a nivel cinematográfico. Nos abrió mil puertas y ventanas. Muy inspirados.

 

El escritor que más me ha influido
Salinger, con El guardián entre el centeno, era un autor que me gustaba mucho en la carrera. Habla mucho de las familias desde un sitio desestructurado, pero donde hay afectos con una narrativa muy cotidiana.

 

Los directores que frecuento
De Koreeda (Hirokazu) cuando vi Nadie sabe me volcó la cabeza. Es un cineasta al que siempre vuelvo porque tiene algo en esa naturalidad de construir la vida cotidiana. Siempre encuentro algo en cómo maneja los mundos familiares. Luego él me llevó a Ozu (Yasujiro). Al verlos, cada cierto tiempo, me hablan de otras cosas. La sencillez es muy difícil, a veces. Es hacer un equilibrio muy fino entre que las cosas tengan verdad y profundidad, pero avancen.

 

El trabajo con los actores
Es de las cosas que más me gustan, porque es cuando creas la vida delante de la cámara. Siempre estoy intentando formarme en ese sentido, los ensayos son importantes. Hay varios actores a nivel mundial con los que me gustaría trabajar, por ejemplo, Adam Driver e Isabel Huppert.

 

La influencia de estudiar filología inglesa
Estoy convencida de que me ha servido, junto con, primero, vivir un poco más para contar historias. Es una carrera llena de literatura, análisis literarios y muchas cuestiones narrativas que son extrapolables a lo cinematográfico: puntos de vista, temáticas, un recorrido por la historia del relato. Tardé en llegar a la escuela, pero fue un desvío genial.

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Defensora de las escuelas de cine
Aunque no creo que sean imprescindibles para convertirse en cineasta, son un sitio para pasar. En mi caso, yo venía de provincias y no tenía manera de acceder a la industria. En la escuela encontré a mi gente, a mi tribu. De hecho, uno de los productores y el montador de Cinco lobitos son compañeros míos desde la escuela de cine. Estás con gente a la que le gusta el cine. Descubres que no todo el mundo ve las mismas cosas que tú en las películas, pero, sobre todo, aprendes a verlas desde otros sitios. Te obliga a preguntarte cuál es tu sitio, tu voz, a definirte.

 

La importancia de la política de cuotas
Cuando salí de la escuela no había esa conversación ni conciencia de la igualdad, ni era época para talento joven. La política de cuotas es importante. Ha dado más oportunidades a directoras, guionistas y productoras. Al final, todo se normaliza, pero todavía falta mucho por hacer.

 

El gusto por la comedia romántica
Eres tú es una comedia romántica para Netflix. Siempre me ha gustado este género porque, al final, habla de las relaciones humanas. Me interesan los aprendizajes emocionales, esos procesos más cotidianos que se dan poco a poco, y mi corto, Clases particulares, es eso.

 

Trabajar para las plataformas
Al terminar Cinco lobitos, Netflix me propone Eres tú. Fue como un regalo. Venía de hacer una película personal que me costó, y me puse a rodar algo muy distinto, un aprendizaje. Yo me lo paso bien haciendo estas películas que tienen un viaje emocional, pero hay una ligereza. La comedia romántica es un género interesante de revisitar. Es un termómetro que te permite saber cómo se ve el amor en cada época vinculado a los roles de género. Me gusta porque lo que hay en juego es la relación de pareja.