Vetusta Morla: “Lo difícil es saber de qué quieres hablar”
Después del susto y las especulaciones sobre si Vetusta Morla se iba a separar, la banda madrileña sigue la promoción de su sexto álbum de estudio, Figurantes, y aclara que actuarán hasta septiembre de 2024, luego tomarán un año sabático y regresarán con lo mejor en 2026. Un descanso después de más de dos décadas sin parar. Este último disco, por ejemplo, lo fueron creando durante la gira de Cable a Tierra.
Vetusta Morla no es solo una de las mejores bandas españolas indie del siglo XXI, sino que cuenta con un público fiel, que sigue sus giras y giros musicales. Eso ha hecho que Figurantes sea, según reconocen, uno de los discos hechos con más libertad, en el sentido de espontaneidad, que condensa diferentes épocas del grupo. “Once canciones que nos venían rondando desde hacía tiempo. Temas que nacieron con la excitación de saberse únicos, desligados de un concepto previo, reclamando un vuelo libre para crecer y ser registrados”, dice la banda en su página web.
Sobre ese proceso singular de creación, el hilo que los une con su pasado y la necesidad de parar para cuidarse, hablaron Guille (Guillermo Galván, guitarra, teclado, coros y compositor), Juanma (Juan Manuel Latorre, guitarra, teclados y compositor), Pucho (Juan Pedro Martín Almarza, voz) y David García el Indio (batería y coros) en el ciclo Así nacen las canciones, de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, para celebrar el Día de la Música, 21 de junio. Faltaron Álvaro B. Baglietto (bajo) y Jorge González Giralda (percusión y programaciones). Un encuentro en la sala Callao, de Madrid, coordinado por Fernando Neira.
Con Figurantes es la primera vez que uno de sus discos sale en digital antes que en físico.
Pucho. No nos pasado nada raro, pero la verdad es que la fabricación física está muy jodida. Por eso está llegando antes lo digital.
David. El diseño es un juegue ultra especial, que hace que se tarde más en fabricarlo.
Pucho. Hay un problema, un atasco en las fábricas de Europa. Yo los discos los escucho primero en digital, pero si me gusta mucho, necesito escucharlo en vinilo. Hay una sensación de que lo que te gusta lo quieres escuchar con ese espacio y ese tiempo.
Guille. En este mes de promoción nos hemos dado cuenta de que es un discazo. El año pasado teníamos dudas de si iba ser un disco, canciones sueltas, un EP. Como lo habíamos grabado por partes y a ratos de la gira, no teníamos la visión desde arriba de lo que era el trabajo, porque no habíamos creado un mapa conceptual como solemos hacer. Cuando llegó el disco mezclado, y empezamos a trabajar en el argumentario, nos dimos cuenta que tenía entidad de disco grande.
El segundo hallazgo es que ha sido un disco hecho desde una libertad muy grande. Veníamos de Cable a Tierra, que partió de ciertas preguntas sobre el folclore, la música popular, melodías y ritmos, y esto era un ejercicio para que cada canción te llevara a un sitio.
Son canciones que siempre han estado ahí, fáciles de tocar, muy interiorizadas. Tiene que ver con la falta de prejuicio a la hora de hacerlas; dijimos: vamos a hacer canciones que nos gusten, que nos emocionen y nos guste tocar.
Juanma. Las valoraciones suelen venir con un tiempo de retardo, por dos factores: las entrevistas, que nos hacen reflexionar mucho y nos sirven de espejo, y poner las canciones en el escenario.
Guille. Más que un disco de transición, porque todos lo son en nuestro caso, es un disco que aglutina conquistas. Me parece que es más de condensación que de transición. Encuentras cosas de Vetusta Morla de épocas distintas.
Juanma. Figurantes es una canción con muchas vicisitudes, una canción de larguísimo recorrido, que ha sido retomada y abandona en tres ocasiones y, finalmente, le encontramos la forma el año pasado en el estudio. Es una canción que nos ha servido de idea para el espíritu que sobrevuela el álbum; de los figurantes, de los actores secundarios que, a veces, parecen no tener mucha importancia, pero que no los puedes retirar de una narración, porque si no el mecanismo de la historia no funciona. Nos pareció una idea interesante por varias razones: porque sentimos que en nuestra vida como grupo hay muchos figurantes, los más importantes son las personas que nos siguen y viene a los conciertos y compran los discos; y son ellos los que nos prestaron su imagen para la portada del disco. Hicimos un llamamiento en la comunidad de nuestra web y nos llegaron más de 1.500 fotos. La idea de la canción es que, si nuestras vidas son películas o novelas con protagonistas y figurantes, esta vez nosotros somos los figurantes en las vidas de otros, y quien canta la canción repasa su presencia en la vida de otros.
Pucho. Cuando me llega la letra de una canción trato de llevármela a un lugar mío, que es el lugar que le puedo dar a la canción. No hay un proceso, pero al cantarla, tocarla en diferentes fases, voy haciendo un proceso de integración. También, después de grabadas, a veces algo hace clic en mi cabeza y digo: Iba de esto y yo estaba en otro lugar. No hay reglas. Hay mucha intuición, también. Cuando estamos grabando, Juanma y Guille me dicen que no me la lleve tan allá, y entiendo otros matices.
David. A veces las canciones se han grabado antes de interiorizarlas.
Juanma. El objetivo, cuando escribimos las letras, no es que sean crípticas o difícil de entender. El objetivo no es esconder su significado, es hacer que su significado sea más accesible.
Guille. Las canciones tienen dos momentos: uno cuando se te ocurre la idea, y eso puede pasar todos los días, porque puedes tener una ocurrencia, pero hay que saber dejar el tiempo entre esa ocurrencia y esa idea y la finalización de la canción. Solo en una de cada cien viene todo junto, la idea y la finalización. Hay que saber de qué quieres hablar. No siempre estás en el proceso de querer hablar de algo. Hay momentos, donde no estás componiendo, creando, pero estás haciendo música, investigando, teniendo ideas. Está muy bien tener cincuenta o sesenta cosas grabadas para cuando tú sepas de qué quieres hablar, entonces dices: ahora salen a jugar esta, esta y esta. Pero es difícil tener esa idea y finalización en un tiempo muy corto. Es la putada de la música hoy, que tienes que hacer las cosas muy rápido y se ven las costuras
A mí lo que más presión me genera, cuando estamos en periodo de discos, no son las ideas, hay mejores o peores, y todas las ideas tienen algo estupendo. Lo difícil es el proceso de seleccionar, descartar y saber de qué quieres hablar. A veces componer un disco te lleva seis meses o un año, pensando de qué quieres hablar, y luego escribirlo lo haces en un mes. Pero saber de qué quieres hablar, qué quieres contar…
En el bagaje histórico de la banda, en qué lugar eres relevante y en qué lugar está el mundo, qué aporta una canción nueva de Vetusta Morla, a mí es lo que me parece más complicado. Te obliga a estar con las orejas y las antenas puestas. Todo el mundo puede hacer canciones y cantarlas fenomenal, pero lo que buscamos cuando hacemos canciones es pensar que vamos a hacer algo que sea relevante, y merezca que le quite el sitio a Maldita dulzura o a 23 de junio, porque llega un momento que tienes veinte canciones imbatibles y te preguntas, por qué sigo haciendo canciones si el repertorio ya lo tengo. Se trata de buscar el equilibrio entre ser conocedor de lo que eres como banda de estadio y llevar a un público a esos cambios.