Tulsa: “Parte de la gracia es retorcer los códigos, saltarse lo que se espera”
En la música no es fácil la convivencia armoniosa de letras poéticas con un lenguaje de la calle, pero Tulsa, nombre artístico de Miren Iza, lo ha logrado y es una de sus señas de identidad. Un efecto buscado en canciones que, además, hablan de una faceta poco reconocida de las mujeres. La canta en discos como Amadora con el que obtuvo el Premio Nacional de las Músicas Actuales, del Ministerio de Cultura de España 2024, por ser “un álbum sobresaliente con unas letras de un profundo calado lírico y una sensibilidad poética construidas desde el costumbrismo para reivindicar y dar voz a las mujeres menos representadas en la sociedad”.
Tulsa (Fuenterrabía, España, 1979), desveló parte de sus procesos creativos y de inspiración, algunos procedentes de su trabajo como psiquiatra, en una charla con Fernando Neira. Amadora es el séptimo disco de una carrera iniciada en 2006 con un álbum que lleva el nombre de la banda, Tulsa. A partir de allí hizo el siguiente recorrido de su obra:
Origen
“Me gustaba grabarme. Me encerraba en mi habitación con radio y casete y cantaba a los Bangles o a los Beach Boys, quería hacerlo perfecto. Disfrutaba cantando. Luego, cuando nos juntamos en Electrobikinis, un grupo efímero pero muy importante, toco el bajo y nos enfrentamos a la idea de componer. Lo hacemos en inglés. Pero falta una cosa: poner letra a algo para que la voz exista. Tardé en encontrar la valentía de hacerlo y enseñarlo. Empecé con versiones, luego metía una canción mía.
Primer disco
“El primer disco sale casi automático, son los años adolescentes, hay mucho tormento, hay mucha confusión. Por ejemplo, me sentía fatal porque había dejado a un novio. En los primeros discos y en los veinte no es común tratar los grandes temas”.
Voz
“Mi voz tiene mucho aire y esto puede ir en contra. Quitarle el aire es un poco mi obsesión y no lo consigo. Sí me gustaría jugar con eso en realidad: poder abrir y cerrar el aire. La voz dice cosas muy diferentes desde donde cantas”.
Público
“Sé que no tengo un público muy amplio, pero es muy majo. Es gente con la que quieres estar, en realidad. Ahí hay mucha satisfacción y felicidad. Tienes que tener en cuenta que no puedes crecer mucho en estructura porque no se venden muchas entradas según qué espacio. Y, a veces, te hace sufrir porque quieres que todo sea más fácil”.
Optimismo
“No soy la más optimista y, algunas veces, he pensado en dejarlo. Sacar un disco cuesta, requiere energía, esfuerzo, hay que acompañarlo… Pensar en dejarlo es fácil, es tentador, y es un alivio pensarlo… Yo lo he hecho sin comunicarlo. En los años de pandemia no tenía bien la espalda, no podía girar y pensé que se acababa. Pero justo me encuentro con Clara Collantes y Mariana Pérez y me dan todo el sentido, otra vez. Empiezo a tocar con ellas y encuentro casi la magia del principio con Electrobikinis, de juntarte con tus amigas a jugar. Y seguí. Es una profesión, como todas, que necesita mucha compañía. Si no crees mucho en ti debe haber alguien que te diga que merece la pena”.
Pop
“El pop ha triunfado por ser inofensivo y, muchas veces, es transversal y moldeable. También ha habido transgresiones. Se suaviza todo en letras y musicalmente se intenta que todo sea asimilable”.
Sexo
“Está presente en mis canciones. Parte de la gracia es retorcer los códigos, saltarse lo que se espera, meter palabras, quizás vulgares, juntarlas a las prestigiosas”.
Mujeres
“El mundo de las mujeres está tan poco contado que sentía atracción. Aquí hay todo por decir. Utilizar el código pop para decir esto”.
Amadora
“Habla del mundo de la abnegación y del dolor de la mujer y de la generosidad nunca correspondida de la mujer hacia los otros. Sobre este disco hay mujeres que se me acercan para decirme: ‘Estas hablando mucho de mí’, ‘Gracias por ponerle palabras’, ‘No sabía qué me pasaba’. Es muy emocionante, muy grande”.