Sabina Urraca: “Un maltratador no es solo un maltratador, es muchísimas otras cosas”
Sabina Urraca publicó su último libro en mayo de 2024 y, desde entonces, ha estado de bolos presentándolo por toda España. Se trata de El celo (Alfaguara), una novela sobre una mujer y su perra, pero con la que aborda muchos temas de actualidad, temas que están en constante transformación (de la animalidad del deseo y las relaciones amorosas y sexuales al maltrato y la culpa), y que destaca, en especial, por la fuerza y matices emocionales de la voz narradora, el ritmo, las reflexiones y la estructura.
Sobre ello y sobre la manera cómo está manejando el éxito de su tercera novela, Sabina Urraca (San Sebastián, 1984) habló en el Club de Lectura de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, coordinado por Rafael Caunedo. El celo es su tercera novela, tras Las niñas prodigio (2017) y Soñó con la chica que robaba un caballo (2020) y el ensayo Chachachá, un libro de fotografía y texto. En esta conversación la propia periodista, escritora y editora arma el rompecabezas de su novela en forma y fondo y de allí surge este Diccionario Sabina Urraca:
Argumento
El punto de partida es que la Humana se encuentra una perra. La Humana está destrozada, no sabemos por qué, pero está drogada y bajos esos efectos adopta a la perra. Al día siguiente piensa: “Pero, ¿qué he hecho?”. Porque, aunque tiene 32 años, no cree que vaya a vivir mucho, no tiene muchas esperanzas. De pronto, este animal, que está igual de destrozado que ella, se va recuperando y se convierte en un cachorro y le viene el celo. Lo que produce en la Humana un impulso animal irrefrenable. Ese es el detonante de la novela.
Temas
La mujer, las relaciones amorosas y sexuales, el maltrato, el miedo, la manipulación emocional, la autoestima, la muerte, la sobre medicación, el deseo, la culpa, el sexo, la adicción a otra persona, los abusos, la sumisión, el amor, el aborto, las terapias de grupo.
Origen de El celo
Un día, hace como siete años, estaba en el parque El Retiro con unos amigos después de una fiesta y mi perra estaba en celo, con lo cual pasaban machos a querer montarla. Hasta que exclamé: “¡Joder, Murcia, ¿cuándo se va a acabar esto?!”. Y una amiga que estaba en el césped, con un tipo besándose y magreándose, arqueó la espalda, se pasó las manos por su cuerpo y dijo algo así como: “Sí, por favor, ¿cuándo?”. Nos reímos, pero yo dije: Aquí hay algo. Empecé a indagar cómo muchos instintos que nos dan placer, muchas cosas animales, el erotismo, la sensualidad, el comer, el pelearnos, la ira, el enfado, que pueden traernos cosas buenas, en algún momento, pueden, también, ser una jaula. Algo que nos lleva a caminar hacia el peligro. Ahí dije: Aquí hay un tema. Empecé una versión de El celo, que no se llamaba así, pero fue la idea fundacional.
Primera versión
Inicialmente eran paseos de una mujer y su perra que tenían nombres y se alternaba con transcripciones de chats de dueños de perros que pasean por el parque. Nunca llegábamos a saber qué le había pasado a ese personaje.
Yo fui a terapia de mujeres maltratadas, yo viví una relación de maltrato, pero esta no es mi historia.
Realidad y ficción
Aunque la Humana no soy yo ni mi perra es la Perra, desde que la adopté, hace ocho años, ha sido una relación fulgurante. Entonces empecé a tomar una serie de notas sobre esa relación, sobre el estar con ella, reflexiones a las que me llevaba al estar tanto tiempo juntas y encontrar ciertos paralelismos entre ella y yo. He aprendido mucho observando a mi perra. En el caso del libro, es una persona devastada que no puede hablar de lo que le ha pasado porque pesa sobre ella una maldición, y el estar con la Perra le permite no hablar. Una cosa común con la gente que tenemos animales es que se genera otro tipo de comunicación, otro tipo de consuelo, otro tipo de comprensión, más táctil, nos lleva a nuestro lado más animal.
Piedad literaria
En mi novela, el Predicador maltrata a la Humana. Yo le digo a mis alumnos del taller de escritura que hay que tener piedad literaria con los personajes, incluso con los monstruos. Pero como yo no creo en los monstruos. Lo que me interesa de esas personas que llamamos monstruos es entrar y ver por qué hacen lo que hacen.
Todos tenemos, en mayor o menor grado, tendencia a la autodestrucción y a hacer cosas que nos hacen mal y lo sabemos. No es algo exclusivo de las relaciones de maltrato, a pesar de que hay gente que le cuesta entender por qué una persona seguiría con alguien que la trata tan mal. Ella está indefensa, pero está enamorada de Daniel, esto es importante.
Maltrato y amor
Un maltratador no es solo un maltratador, es muchísimas otras cosas, esto es muy importante a la hora de hablar de la violencia de género. Porque este tipo es encantador, divertido, le sigue mucho el punto a ella y ella está enamorada de él. Para mí era importante construir esto de manera que fuese creíble. El capítulo más duro de escribir fue el momento en que la Humana se enamora de Daniel, y pensé: tengo que conseguir que el lector se enamore un poco de Daniel y comprenda por qué.
Esta relación odio-amor no pasa solo en las relaciones de pareja, también sucede en las relaciones familiares, por ejemplo. Odias partes de alguien de la familia o de un amigo, pero no puedes alejarte de esa persona. Todos, en alguna medida, hemos tenido esta especie de sectario o el grupo de amigos que te hacen bullying. Pero no es tan sencillo. Ojalá las cosas fueran tan sencillas. Para mí era importante hacer comprensible por qué alguien sigue ahí, cómo la adicción a una persona puede convertirse en una zona de confort perversa.
Heroína - antiheroína
A la Humana le pasan muchas cosas y eso es el heroísmo, seguir adelante, no son las grandes gestas. Me interesan los pequeños heroísmos constantes.
Escribir
Soy muy de tomar notas. Me encanta escribir en el metro, alguien dice algo y escribo. Soy más de escribir fuera que en el escritorio, ahí ordeno. Disfruté de un año sin trabajar, por el contrato con Alfaguara, la beca BBVA para creadores, me permití quedarme en casa escribiendo. Los siete años anteriores fue ir tomando notas, incluso me grabo audios donde me viene una escena completa y la grabo. Al final, tenía quinientas páginas de Word. No volveré a hacer nada así porque hubo momentos de desaliento. Las dos novelas anteriores son distintas, me reconozco en ellas, pero el proceso fue diferente.
Escritura
En general, en lo que escribo voy bastante con GPS e improvisando, pero en este libro era imposible; hice una estructura que tenía en el salón con papeles y colores para saber las tramas y los personajes Y luego tenía unos sitios internos de cada capítulo porque tenía muchos párrafos separados y cada uno con un título. Hubo un momento de locura en la ordenación que me costó mucho.
Lugar de escritura
Lo que me gusta es escribir por la calle, en el parque, en el metro, caminando, voy dictando y se va escribiendo en el móvil. Las escenas de acción las escribo mucho mejor caminando. Para mí la escritura pasa en cualquier lugar. Para terminar un libro sí hay que sentarse en una mesa. En mi caso, yo trabajo en el salón de mi casa, en un sofá con el ordenador sobre las piernas, con todos mis libros delante y al lado una pequeña estantería con los libros sobre lo que escribo y con mi perra al lado, pero pegada, como empujándome.