Pedro Simón: “La familia es como la gran verdad, ese lugar de las segundas oportunidades donde siempre hay posibilidad de redención”
Pedro Simón (Madrid, 1971) cierra su trilogía sobre la familia con la novela Los siguientes (Espasa). Una narración dura, conmovedora, la historia de un padre octogenario que empieza a necesitar de los cuidados de sus tres hijos que se enfrentan a un mundo desconocido que pone a prueba su paciencia, su amor, sus secretos, sus diferencias y sus nervios.
El periodista y escritor español abrió su trilogía con Los ingratos, premio Primavera 2021, lo continuó con Los incomprendidos y lo termina ahora con Los siguientes. “Muestra que el hombre no ha cambiando desde que es hombre. Somos los mismos y somos producto de nuestros miedos, de nuestros amores, de lo que nosotros vamos a ser y en lo que queremos vernos reflejados; de los fraudes que, también, somos”, sentenció Antonio Lucas, amigo y colega de Simón en el periódico El Mundo, durante la presentación de la novela en la sala Callao de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, de Madrid.
De esa conversación surge este monólogo de Pedro Simón que arroja luz sobre Los siguientes, su trilogía y su concepción de la vida y de la literatura:
“En las conversaciones con amigos hay un momento en que uno habla de los hijos adolescentes, luego es como si ellos salieran por una puerta y por la otra llegaran los padres. Ese es el punto de partida de la novela. Hay un momento en la vida en que limpias el culo a tu hijo y acaba cuando le limpias el culo a tu padre o a tu madre. Del mismo modo que hay un día que empieza cuando estás buscando una guardería para tu hijo o hija y termina cuando uno se pone a hablar de qué hacemos con papá. Por más que uno ponga la carne en el asador para cuidar a los mayores siempre está la sensación de que se pudo hacer más.
Yo me llevo relativamente mal con el paso del tiempo. El paso del tiempo es como un dentista que te va arrancando todo: un día te afectan las piernas, otro tu memoria… Es como un proceso de desaprendizaje, de vaciamiento.
Sé que el motor del amor funciona, al igual que ponerse en los zapatos de otro. Tengo la sospecha de que cuanto tienes a tu padre o a tu madre ya octogenarios son como un espóiler de ti: una avanzada de lo que tú vas a ser. Eso me genera cierta angustia. Y, de algún modo, te preguntas: ¿Dentro de 25 años lo llevaré así? ¿Estaré tan deprimido cuando tenga 85 años? ¿Tendré tan mala leche? O ¿tendré tanta luz? Es saber que detrás de unos van otros y luego nosotros.
Los siguientes es un libro que habla del amor incondicional y de la familia. A veces, como una especie de mentira, aunque luego acaba siendo un puerto refugio. Cuando vienen mal dadas vas ahí y, generalmente, no te juzgan, te escuchan. Llegas ahí necesitando que te traten como a un niño, en el mejor sentido. Sabes que ahí hay dos personas mayores que tú, que ahí vas a estar protegido, como en un líquido amniótico. El libro habla de la familia como la gran verdad, ese lugar de las segundas oportunidades, ese sitio donde siempre hay posibilidad de redención. Es ese tan-tan de la sangre que tiene que ver con cosas importantes. A medida que cumplo años me parece más importante la familia.
Los tres libros hablan de la necesidad de mostrar los afectos a tiempo y de la heroicidad del callar. Con lo que calla uno de sus miembros anuda a la familia, esa especie de pegamento universal que a ti te está haciendo daño. Te estás guardando algo dentro, pero, gracias a eso, sostienes el mecano.
Siempre que tienes una pasión tienes un búnker. Tener una pasión hasta el último momento te mantiene a salvo. Empiezas a morir cuando no tienes una pasión. Sin pasión no se puede vivir.
La felicidad es la ausencia de dolor, de malestar. No envejecemos tanto por que nos caigan años encima, sino cuando dejamos que nos aplaste el dolor”.