Pedro Guerra y Javier Álvarez: “Componer música es magia, pero también es un oficio”
Aunque estamos ya pudiendo gozar de unos previos, el año 2025 será, formalmente, el momento de la unión artística de dos de los cantautores que, en los años noventa, más sobresalieron: Pedro Guerra y Javier Álvarez. El proyecto Aunque ya no soy dos celebrará los treinta años del lanzamiento de sus carreras a nivel nacional; Pedro Guerra con su primer disco en solitario, Golosinas, después de Taller canario, y Javier Álvarez con su debut Javier Álvarez. También coincidirá con los treinta años de la grabación de Contamíname, de Guerra, interpretado por Ana Belén y Víctor Manuel.
El pasado 21 de junio, Día de la Música, ambos se reunieron en la sala de Ámbito Cultural, en El Corte Inglés de Callao, en un encuentro lleno de anécdotas, risas y revelaciones en relación a cómo afrontan sus trabajos. Un especial del ciclo Así nacen las canciones, coordinado por Fernando Neira.
Pedro Guerra (Tenerife, 1966) ha grabado 17 discos y Javier Álvarez (Madrid, 1969) diez. Dos cantautores diferentes, Guerra más latino, Álvarez más anglo, pero complementarios. Los siguientes son algunos de los mejores momentos de este encuentro:
Javier Álvarez. Tal para cual y La extraña pareja son dos títulos de películas que me parecen acertados para el proyecto que estamos haciendo con Pedro. Además, el cine es mi segunda pasión confesable.
Pedro Guerra. Yo nos veo más como Tal para cual. Porque esta unión no es extraña para nada. Cuando conocí a Javi, en 1993, yo todavía no vivía en Madrid. Había venido a cantar a un local de la calle Bailén, Rayas. Lo hice de la mano de Gonzalo Benavídez que, en ese momento, ya había encontrado a Javi. Gonzalo invitó a Javier a venir a mi concierto. Lo recuerdo con el pelo muy largo. Javi me escuchó a mí, pero yo a él no. A partir de ahí empezamos a coincidir en Libertad 8. Fue como un amor a primera vista. Sus canciones me gustaban.
Javier Álvarez. Después de oírle cantar, por primera vez, me acerqué y le dije: “Estoy enamorado de ti”.
Pedro Guerra. Mi primera pincelada sobre aquel Madrid de hace treinta años es que lo recuerdo frío. Nos refugiábamos en Libertad 8, en el sentido literal y metafórico. La industria musical era distinta y las discográficas iban al Libertad 8. Éramos conscientes de que los peces gordos nos escuchaban. Ambos firmamos a la vez: Javier con EMI y yo con BMG. Porque en el Libertad 8 se produjo un micro fenómeno, algo estaba pasando. El ambiente era más amable para los cantautores.
Javier Álvarez. Madrid era en blanco y negro, un pueblo grande. Ahora ha cambiado. Todo iba más despacio.
Pedro Guerra. A la vez que había efervescencia cultural en garitos de noche, había mano dura.
Javier Álvarez. Madrid era absolutamente abierta. Ahora llevamos tres décadas de un panorama político hostil.
Pedro Guerra. A mí me gusta muchísimo lo de Javi. Tiene un timbre de voz precioso, y lo destacaría como letrista, su lenguaje y su poesía al abordar las letras.
Javier Álvarez. Lo que más me gusta de Pedro es la riqueza con la que toca la guitarra, la melodía y la letra. Aun siendo yo cantautor, este no es mi género favorito. Yo soy discómano, melómano y me gusta todo. En mi discoteca no hay muchos cantautores en castellano, pero me pasa con Pedro, Jorge Drexler y Silvio Rodríguez que, a pesar de que sus letras son buenísimas, es música antes que nada.
Pedro Guerra. Creo que los mejores discos son los primeros, un primer disco te da a conocer, es un evento social y cultural. El primer disco acaba opacando a los demás.
Javier Álvarez. Para mí, el mejor disco es el último. La responsabilidad del ser humano y del artista es hacer lo mejor siempre.
Pedro Guerra. Con el éxito de mi disco Golosinas no sentí vértigo. Cuando llegué a Madrid, yo ya llevaba diez años cantando en Taller canario. No es lo mismo que en el caso de Javi que empezó a escribir sus primeras canciones y, de repente, tuvo muchísimo éxito. Cuando veo a gente de 18 años que triunfa, me pregunto cómo lo van a soportar. En mi caso sentí que no perdía el control de lo que estaba sucediendo. Pero, con mi tercer disco, Raíz, que fue mi top, sí que tuve un momento de que, por una parte, me pasaban cosas increíbles, pero a la vez, otras que no me gustaban y que me tocaba gestionar. La cosa de la popularidad es difícil. Dejas de tener vida privada, intimidad, no puedes estar en ningún lugar tranquilo, y eso es complejo. En una época viví enfadado con eso, y lo que hice fue tomar distancia. Pero en un momento, sientes que vas creciendo, y las cosas cambian.
Javier Álvarez. Cuando le pasé a Pedro Amor en vena, al día siguiente le puso música. Hay otras tres inéditas. Cuando él me pasó la letra de una canción, cogí la guitarra y la canté. Eso me pasa cuando admiras y respetas, no compones, sino que interpretas. Es la magia que mezcla el oficio con esta cosa de la creación.
Pedro Guerra. Quiero hablar de magia, pero también de oficio. Es verdad que creamos esa conexión emocional con el público, pero me gustaría que la gente tuviera claro que lo nuestro también es un trabajo. Es un oficio hermoso. Somos trabajadores que, a veces, tenemos mucha suerte y puede ser rentable, pero no deja de ser un oficio. Lo pensé en la pandemia, porque nos quedamos sin trabajo y fue dura para la gente de nuestro sector. Yo sé hacer canciones, es mi oficio.
Javier Álvarez. El proyecto del próximo año es Aunque ya no soy dos, que ya iniciamos.
Dentro de las canciones que interpretaron figuran Amor en vena, letra de Javier y voz de Pedro:
Esta víctima llegó con su más linda diadema
Para retirarse el pelo y dar su cara de pena
Su destino se torció y ella prefiere dormirse
Con las piernas bien dobladas sin nunca jamás reírse
Y terminaron cantando el estribillo de Contamíname, compuesta por Pedro Guerra e interpretada por Ana Belén y Víctor Manuel.
Conta-míname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.