Paco Plaza: “El terror te permite construir imágenes que no existen en la realidad”

MI VIDA EN PELÍCULAS Uno de los mejores directores de cine de suspenso en España cambia de género, por una vez, en el documental Mugaritz, sin pan sin postre, sobre el restaurante del chef Andoni Luis Aduriz. En nuestro ciclo, el creador de REC da las claves del origen de su cine que despierta toda clase de miedos
El director de cine español Paco Plaza, durante el encuentro de Mi vida en películas, de Ámbito Cultural.
LUIS MANRIQUE RIVAS  29/11/2024

Uno de los reyes del cine de terror español se muere de miedo viendo El exorcista. Lo confesó el director Paco Plaza (Valencia, 1973) en el ciclo Mi vida en películas, en la sala madrileña de Callao de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés. El codirector de títulos clásicos contemporáneos como REC y director de REC Génesis, Verónica, La abuela y Hermana muerte acaba de estrenar un documental en otro género: Mugaritz, sin pan ni postre, del chef donostiarra Andoni Luis Aduriz.

Paco Plaza fue el invitado de noviembre a este ciclo y podcast puesto en marcha por Ámbito Cultural junto a Cinemanía y AISGE, presentado por Andrea Gutiérrez Bermejo, redactora jefa de la revista Cinemanía y colaboradora de Historia de nuestro cine (RTVE). De ese encuentro surgen estas reflexiones del director:

 

Turno para la comida

Acepté este proyecto de Mugaritz por glotonería. Es un mundo que siempre me ha atraído mucho. Y Mugaritz, que está en Rentería, País Vasco, es un restaurante muy peculiar. Cierra la mitad del año para elaborar un menú que cambia cada año. Es un restaurante que arriesga y cuyas propuestas van más allá del comer bien. Lo que se sale de la norma me parece atractivo en sí mismo. Andoni Luis Aduriz no es el típico chef, con lo cual me interesaba estar tiempo con él y tratar de descifrar los códigos de ese ecosistema que ha construido.

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Fronteras de la realidad y del cine

Cuando haces cine tu construyes una realidad que filmas y tienes que construir. Y en este documental la realidad ya está, solo tienes que filmarla, la mitad del trabajo ya está hecho. También está el vértigo de no saber qué vas a rodar. Es ser testigo de algo que no depende de ti.

 

Mi primer recuerdo del cine

Lo primero que recuerdo es El libro de la selva en el colegio, en primero de EGB, debía tener unos 6 años. Luego tengo el recuerdo de ver en la parroquia King Kong y alguna de Godzila o Mazinger Z, pero el rojo, el coreano. Serie B desde la cuna. Pero la primera película que quise ver por voluntad propia fue Buscando a Susan desesperadamente, estaba enamoradísimo de Madonna, tendría 12 o 13 años, y porque nos habían dicho que antes de la peli ponían los videoclips de Like a Virgin, Into the Groove y Material Girl.

 

Nada como las salas de cine

Me gustaría que hubiera más proyecciones de cine mudo. Desde niño he sido cinéfilo gracias a mi hermano que es un poco mayor que yo y hacía de serpa al enseñarme películas que, a lo mejor, no me correspondían por edad. En el instituto nos llevaron a la filmoteca a ver Nosferatu, de Murnau, y El acorazado Potemkin, de Sergei Einsenstein. Fue un shock verlas en pantalla grande. Poder sentir la magia del cine primitivo en una pantalla grande es alucinante.

 

La película que más me ha impactado

Tengo el impacto de ver El increíble hombre menguante, de Jack Arnold. Es mi película favorita porque esa imagen del enano con un alfiler luchando contra una araña gigante generó algo en mi cerebro de lo que no me he recuperado. Me hizo entender que las imágenes que responden a la fantasía te hacen ver una realidad que el mundo real no es capaz de darte. Entendí la magia del cine como generador de imágenes.

 

Así entré al cine de terror

Llegué al género gracias a Chicho Ibáñez Serrador, fue una especie de mentor. La primera persona que me contrató y la primera que me despidió. Un hombre brillante y un ídolo para mí. Con solo dos películas tiene el estatus que tiene dentro del cine de terror en el mundo: La residencia y ¿Quién puede matar un niño?

 

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La deuda con REC

Esta película nos cambió mucho la vida a mi y a Jaume Balagueró. Nos dio muchas lecciones. La hicimos por tener la libertad de hacer lo que nos diera la gana: una película pequeña, poco presupuesto, entre amigos y muy relajada. Intentando recuperar lo que hacíamos con los cortometrajes cuando éramos muy jóvenes. Una de las lecciones fue: lo que necesitas es pasártelo bien tú para que los demás lo pasen bien.

 

La peli que más miedo me da

El exorcista es la peli que más miedo me da. No la puedo ver. Y es curioso porque la versión con tres o cuatro escenas añadidas desactiva el miedo, la hipnosis.

 

El valor del terror

El terror te permite construir imágenes que no existen en la realidad. Eso en sí mismo es un valor. Es un desafío para los cineastas y un estímulo para los espectadores.

 

Mis directores favoritos

No me pierdo una película de Luca Guadagnino y Rodrigo Sorogoyen.

 

Por qué Buñuel es el mejor

Buñuel es el cineasta polar. Es el cineasta al que cualquier persona que coja una cámara y unos actores delante debería llegar a la suela de sus zapatos. Es muy completo. Me interesa su punto de vista moral, lo que cuenta. No hay un director, tal vez Bergman o Polanski, que haya sabido combinar los movimientos de la cámara con los de los actores.

 

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