Muerdo: “Mis canciones nacen muy de mi fuero interno, más que de observaciones externas”

ASÍ NACEN LAS CANCIONES El cantautor madrileño empieza en enero de 2025, en España, la gira por su álbum Sinvergüenza. En este encuentro con Ámbito Cultural habla de por qué este es el disco en el que más se desnuda, de sus épocas más prolíficas, de su espiritualidad y de cómo ha cambiado desde su debut en 2011
Muerdo, en una imagen de un vídeo en su Instagram.
WINSTON MANRIQUE SABOGAL  14/01/2025

Muerdo no solo está desnudo en la portada de su álbum Sinvergüenza, sino que este es el disco donde más se desnuda en las letras de las canciones, que canta desde dentro con su voz desgarrada y melancólica, de clamor y lamento. Pascual Cantero (Murcia, 1988), Muerdo, fue el invitado a la madrileña sala de Callao de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, a nuestro ciclo Así nacen las canciones, coordinado por Fernando Neira. Su primer trabajo musical, Flores entre el acero, fue autoeditado y publicado en 2011. Alcanzó una mayor difusión gracias al apoyo del cantautor madrileño Luis Eduardo Aute y sus canciones mezclan ritmos folclóricos y urbanos con letras de denuncia y búsquedas de belleza.  Del encuentro con el púbico surge este Diccionario Muerdo:

 

Autorretrato

A Gurb, el extraterrestre creado por el escritor Eduardo Mendoza, le diría que soy un ser humano en búsqueda de la verdad y de la belleza. Y a través de diferentes actitudes y disciplinas. Concretamente, ahora en el camino de la música y de la poesía, en búsqueda de esa verdad y de esa belleza. Esa búsqueda funciona como motor, eso es lo importante. Eso me pone en movimiento.

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Sinvergüenza

Es un disco donde me desnudo no solo en la portada, sino que expongo muchas de mis vulnerabilidades. Cuento mis conflictos. Hay gente que me ha felicitado por mi coherencia y me ha dicho: “Tío, gracias por hablar de ti en las canciones” o “Tú tienes tus movidas y las expones abiertamente, eso es un acto de valentía”. Muchos músicos como ejercicio de estilo o buscando temáticas hacen canciones que no les interpelan directamente a ellos.

 

Prolífico

Siento que era más prolífico en componer canciones en los dos primeros discos. Nos pasa a muchos. Salvo en etapas concretas, uno de los 20 a los 25 es más prolífico. Tiene más cosas que decir, las tiene más claras, aunque luego te desdigas. Cuando decimos las cosas es para reafirmarnos en ideas, y en esa edad uno, todavía, está construyendo su identidad, y esas canciones de un compositor apuntalan su identidad, de alguna manera. Y cuando ya uno toca todos esos aspectos que te conforman, empieza a plantearse de qué escribir y qué contar. Ahí las canciones no salen tan a chorro. En mi caso ya depende de momentos concretos, de vulnerabilidades o de tristezas o de una reflexión que he ido desarrollando. Mis canciones nacen muy de mi fuero interno, más que de observaciones externas hay que hacer un trabajo de minería, a veces, para encontrar qué decir sin repetirse. Eso hace que, a mí, cada disco me cuesta más, pero no lo vivo como una frustración. Este último ha sido un proceso de cuatro años.

 

Perdurar

Está bien que mi vida alguien la pueda leer, interpretar o acercarse a lo que yo he vivido como ser humano a través de mis canciones cuando yo ya no esté. Me encantaría que mi obra perdurase, pero lo veo negro, es muy difícil dejar huella hoy. Me obsesiona cada vez menos porque la huella que dejamos en el mundo es la que dejamos directamente con las personas que nos conocen.

 

Espiritualidad

Mi conexión con la espiritualidad siempre ha estado presente, pero se ha asentado con el tiempo. Hubo un momento en el que me pelee con eso. Cuando ya empezaron a calar en mí ideas más revolucionarias, sociales o marxistas, mi concepción del mundo se volvió más materialista y, sin embargo, muchos movimientos sociales y obreros han estado ligados al cristianismo de base o de la Teoría de la Liberación. En un momento dado pensé que estaban separados el ser de izquierda con ser espiritual. ¡Y no! Me he ido reconciliando. Y viendo la espiritualidad en los viajes y las influencias en el budismo, en la religión yoruba o diferentes filosofías para luego acabar reconciliándome con lo que es el código judeo-cristiano. Para mí la derecha es la antítesis de los Evangelios. Para mí la derecha encarna todo lo que no es Dios.

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Cuando Nick Drake llegó a mi vida

De adolescente tuve una etapa muy depresiva. Mis padres eran muy derechas, era homosexual, de izquierdas y coqueteaba con las drogas. Tuve una adolescencia un poco difícil. Nick Drake llegó a mi vida cuando, un día, buscando una cosa, se me descargó el disco de Nick Drake. Y me acompañó esos días de depresión, de incomprensión.

 

Certezas desdibujadas

Cuando tenía 20 años era un Pascual más cándido, pero también lleno de certezas. Certezas que se han ido poniendo en cuestión. Entonces era mucho más taxativo. Un joven muy convencido de todo lo que piensa, de todo lo que siente y de toda su visión del mundo. Y, sin embargo, esa visión que tenía tan clara de mí mismo y del mundo y de las relaciones humana se ha ido desdibujando. Y es un marrón, porque cuando se te caen las certezas en las que has construido tu identidad, toca reconstruir tu identidad. Toca estar abierto a otras cosas y mirarlo todo desde otros lugares. Ahora creo que hasta el que piensa radicalmente opuesto a ti puede aportarte algo. Ahora soy mucho más comprensivo, menos radical. Vengo de una familia conservadora, de derechas, y las canciones me dieron otros valores.

Hay que tener una ideología, pero también hay que respetar y salir de la trampa de la polarización excesiva. Porque España siempre ha sido un país muy dividido ideológicamente, pero es un país maravilloso que deberíamos hacer por llevarnos bien, hacer por entendernos.

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