Escritura
Para esta novela tenía que ser honesto con el tema del que quería hablar. El trabajo que hago en la radio absorbe muchas horas y tengo más cosas que hacer. No tenía mucho tiempo. Sabía que tenía que hacer un ejercicio en el que me complicara la vida relativamente. La escribí en mi casa de Madrid, fue impresa y corregida en el AVE Madrid-Valencia, en la facultad de Psicología de la Universitat de Valencia porque llevaba a mi hija a los entrenamientos de baloncesto o en la calle andando.
Temas
Lo más honesto para mí era escribir de algo sobre lo que sintiera que podía hablar, aportar algo. Y eso era el vínculo entre los padres y las hijas, una relación universal. No aporto nada que no se haya escrito antes, pero sí mi manera concreta de mirar. La novela es la relación paterno filial o materno filial. Para ponerlo en un punto concreto llevo a los personajes al extremo y los sitúo cuando al padre le quedan pocos días de vida.
Vida, muerte y dignidad
El padre le pide a la hija que cuando llegue su final le ayude a que sea con dignidad. No hablo tanto de revindicar el derecho a morir con dignidad, que también, como consecuencia de una manera lógica de haber afrontado la vida, sino que quería escribir sobre padres e hijos y todo lo que rodea esa relación.
Presentismo
La novela no quiere ser un manifiesto a nada, ni un llamamiento a nada. Sí tiene algunos espejos en los que quería que nos mirásemos. Y uno es ese de vivir el presente y de si es necesario que ocurra algo muy grave o crítico contigo mismo o con tu entorno más inmediato para que hagamos aquello que ya sabemos: esta reflexión de que la vida son cuatro días y hay que vivirla, porque la hacemos siempre en los mismos sitios: los tanatorios, cuando vamos a despedir a los demás.