Emma Suárez: “Este mundo necesita rescatar la poética”


Emma Suárez (Madrid, 1964) es una de las grandes actrices españolas. Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 2020, ha ganado tres premios Goya (dos como Actriz principal y uno de Reparto). Su película más reciente es Desmontando un elefante, de Aitor Echeverría, y acaba de protagonizar en el Teatro de La Abadía El cuarto de atrás, basada en la obra de Carmen Martín Gaite. En cuatro décadas ha rodado sesenta películas, entre las que destacan El perro del hortelano, Bajo las estrellas, Julieta, Josefina y La consagración de la primavera.
Es una de las actrices que más óperas primas ha hecho y, nos contó que le gustaría que algunos de esos directores la volvieran a llamar para otra película. Emma Suárez fue la invitada al ciclo y podcast Mi vida en películas, de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, puesto en marcha junto a Cinemanía y AISGE, presentado por Andrea Gutiérrez Bermejo, redactora jefa de la revista Cinemanía y colaboradora de Historia de nuestro cine (RTVE). En este encuentro, la actriz repasó su trayectoria y recordó a algunos de sus maestros del cine:
Mis primeras películas
Veraneábamos en Mijares, un pueblecito en la Sierra de Gredos, donde llegaba la furgoneta del cine. Yo tendría unos cuatro o cinco años y la película se proyectaba sobre la fachada de la casa donde veraneábamos.
Yo no elegí hacer cine
Empecé muy jovencita, tenía 14 años, con Memorias de Leticia Valle, novela de Rosa Chacel, adaptada por Miguel Ángel Rivas. Mi padre vio un anuncio en el periódico y me presenté para el papel. Era adolescente y nunca me había planteado hacer cine, era inverosímil. Le debo a mis padres el haber encontrado un lugar al que dedicar mi vida. A veces pienso que no fui yo la que elegí, sino que me eligieron: primero fui elegida por mi padre, luego por los que hicieron la película y, después, muchos más.
Fernando Rey
En esa primera película yo era la hija de Fernando Rey. Mi padre me decía: “Hija, vas a trabajar con uno de los mejores actores de este país”. Y yo pensaba: Estos del cine están todos locos. Ya verás cuando empecemos a rodar y se den cuenta de que yo no sé hacer nada. Fernando Rey era un actor muy entrañable, muy accesible, muy cariñoso y, a la vez, era un hombre serio que imponía mucho respeto, con esa aura de hombre elegante, respetable; y con sentido del humor. A la hora de comer no salía y se quedaba en el rodaje. Yo entonces no lo entendía, pero con los años te das cuenta de que es para quedar en calma, y pensar y ver qué puedes hacer luego. Son gestos de los maestros que he tenido.
Maestros
En esa primera película también estaba Héctor Alterio. Recuerdo su silencio, su escucha, su saber estar en un rodaje, su concentración. He trabajado con él otras veces. Es uno de los actores a los que más cariño tengo, le quiero mucho.
Marisa Paredes ha sido un referente, que me ha motivado, ¡un actrizón!
Trabajar con Julio Medem, en Vacas y La ardilla roja, fue determinante en mi carrera. En aquella época, porque no he vuelto a trabajar con él, era un director lleno de luz, muy poético. Trabajar con él fue como entrar en el jardín de las delicias y compartir la sensibilidad, manejar las emociones como si fueran colores. Lo recuerdo con mucho cariño y con mucho respeto.
A Elías Querejeta una vez le pregunté si no había querido dirigir y me dijo: “No me hace falta”. Y es verdad, porque dirigía desde la producción. Era alguien que visionaba la proyección de todo lo que se estaba haciendo y, si no le gustaba, reunía al equipo y decía lo que le parecía y qué había que repetir. Le daba muchísima importancia a los guiones. Elías Querejeta me parecía Dios en aquella época.
Pilar Miró es alguien que recuerdo cada día, prácticamente. Ha sido una mujer muy importante, no solo como cineasta, sino como ser humano. Una mujer con tanta personalidad, tanta sensibilidad, tenía muy claro lo que quería hacer y luchaba hasta el final para conseguirlo. Muy tenaz, muy íntegra. Muy honesta, siempre, con unos valores. Y con mucho sentido del humor, eso de que era una mujer antipática… a mí siempre me ha proyectado otra cosa.
Isabel Coixet me llamó para su ópera prima. Disfruté el rodaje. Me pareció una mujer con un talento inconmensurable. Me alegro infinito de que le hayan ido tan bien las cosas. Me encantaría volver a trabajar con Coixet.
Con Pedro Almodóvar recuerdo estar conversando en un bar sobre Pink Flamingos, de John Waters. Es una de las imágenes que tengo grabadas.
Actrices que sigo
Procuro ver lo que hacen Julianne Moore, Kate Winslet, Meryl Streep, Olivia Coleman… De las actrices nuevas españolas están Natalia de Molina, Vicky Luengo, Natalia Duarte…
Un consejo clave
Recuerdo que, en esa película, con 14 añitos, Memorias de Leticia Valle, me dijeron: Nunca te creas lo que digan de ti, tanto si es bueno como si es malo. Y me ha venido muy bien.
Capitalismo/espiritualidad
Estamos en un momento en que este mundo necesita rescatar la poética. El capitalismo tiene otra tendencia, más fría, más ruidosa y llamativa. El ser humano está muy necesitado de encontrar un lugar más espiritual, menos ruido y más silencio.