La alianza feliz de poesía y música con Ángeles Mora, Luis Pastor, Ginés Liébana y más de 50 poetas

Unas notas jazzísticas al piano seguidas de una voz nostálgica preceden a las palabras serenas de Ángeles Mora:

Nací una noche vieja
del frío de diciembre.
Nervios, carreras en la casa,
vapor de agua caliente,
prisas, lágrimas, gritos,
susurros y pañales…

Es la poesía que da cuenta de todo, desde la llegada al mundo y luego lo que se despliega ante los sentidos de las personas. Con poemas, sonetos y música despedimos el Día Mundial de la Poesía, el 21 de marzo, después de cuatro días de celebraciones con medio centenar de poetas en nuestra sala de Callao. La poeta andaluza, Premio Nacional de Poesía 2016, por Ficciones para una autobiografía, estuvo acompañada por su hija y cantante Cristina Mora, y al piano por Moisés P. Sánchez (compositor y productor musical) en el recital De ficciones y canciones.

Día 1: cantos de Luis Pastor

Cuatro días antes, el viernes 19, nuestra celebración había empezado, también con música y versos. Los de Luis Pastor en compañía de Lourdes Guerra que entraron en la sala al ritmo de las palmas de la mano en el pecho y los versos de Miguel Hernández:

Ojinegra la oliva en tu mirada
Boquitierna la tórtola en tu risa
En tu amor pechiabierta la granada
Barbioscura en tu frente nieve y brisa…

Unos versos que señalaban el camino del recital de poemas, letras y música reivindicadores de sueños y utopías que abogaron por la paz. El cantautor español trajo a este presente de guerra su poema La paloma de Picasso:

Tráeme la paz en tus ojos,
tráeme la luna en tus brazos,
La paloma de Picasso
que anida en tu corazón.

Tráeme la flor en tu boca,
Tráeme la miel en tus labios.
Ven y desanda el calvario
De la cruz de este dolor…

Siguieron cantos y poemas como uno solo. Incluso historias como la de su viaje a Moscú, hace pocos años, cuyas impresiones leyó de su cuaderno con versos como estos:

“Lamento la llegada del capitalismo”.

“La memoria colectiva viaja en internet”.

El recital terminó con toda la gente cantando en la sala. (Puedes ver el vídeo de Luis Pastor en este enlace)

Día 2: de poetas consagrados y espontáneos

El sábado, la celebración del Día Mundial de la Poesía empezó, por la mañana, con el Taller de Poesía #LdeLírica de Gonzalo Escarpa y el tema ¿Qué es eso de la prosa poética? Uno de los momentos clave fue la invocación de Juan Ramón Jiménez, que escribió que toda su vida acarició “un poema seguido sin asunto concreto, sostenido solo por la sorpresa, el ritmo, el hallazgo, la luz, la ilusión sucesiva. Es decir, por sus elementos intrínsecos, por su esencia”.

Según Escarpa, “la prosa poética sirve para pensar poéticamente”. (Puedes ver el video en este enlace)

La hora del vermú fue con la lectura poética de Rafael Saravia. Paralizado ahora ante la escritura por la experiencia de ser padre, pero leyó poemas de su último trabajo, Vena amoris. Cafuné & Revolución, un poema en prosa, y de anteriores como El abrazo contrario. (Puedes ver el vídeo en este enlace)

Dos horas después, la tarde se abrió con la sesión especial del Micro abierto. Tres horas de versos repartidas en tres fases, protagonizadas cada una de ellas por La Cofradía de la Palabra, Micro Abierto Libertad 8 y Genoma Poético. Entre medias, todos los poetas que quisieron subir al escenario, solos con sus voces o acompañados de guitarras o notas de piano. (Puedes ver el video en este enlace)

Fue la tarde de la presentación del IV Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica. Estuvieron los tres ganadores de las ediciones anteriores, quienes abrieron la velada con un performance de poemas propios, pero alternados entre ellos como poemas en relevos en los que se notaba la voz poética de cada uno: Miguel Sánchez Santamaría (2019), Paloma Chen (2020) y Marta Vicente Antolín (2021). (Puedes ver el vídeo de la presentación del Premio en este enlace)

La jornada la cerraron los poetas de la revista Agua y los poemas en vídeo de doce poetas internacionales.

Día 3: de los niños a Ginés Liébana

Cuentacuentos, poemas y música para niños abrieron la jornada dominical a las 11.30 de la mañana. La voz de Vanesa Pérez Sauquillo y la guitarra de Paul Gladis animaron a niños y padres con cánticos y poemas en los que participaron todos incluso con ruidos del bosque y de las granjas. (Puedes ver el vídeo de Cantemos a la primavera en este enlace)

El esperado homenaje a Ginés Liébana, de 101 años, siguió. En la sala su hijo Mateo Liébana, los poetas Raúl Alonso y Víctor Vázquez y su amiga Cayetana Guillén Cuervo. En pantalla entraron Martirio y Soleá Morente que recordaron a una persona “formidable dedicada a la literatura, a la poesía y a la pintura”. El poeta participó vía digital y mostró su desbordante simpatía e imaginación mientras en la sala seguía un rosario de anécdotas de un poeta que se considera parte de las nuevas generaciones. (Puedes ver el vídeo del homenaje a Ginés Liébana en este enlace).

Día 4: Día Mundial de la poesía con Ángeles Mora

La lluvia de Madrid en el Día Mundial de la Poesía, lunes 23 de marzo, no impidió que la gente asistiera por la noche al recital De ficciones y canciones con Ángeles Mora y los cantos de su hija Cristina y el piano jazzístico de Moisés P. Sánchez. Escucharon los poemas hondos de la poeta andaluza que hablan del amor y los diferentes amores, de los sentimientos cotidianos…

Como el mar en la caracola, estás en mí
En el fondo de todas las ausencias
En el fondo de todas las tristezas
Cada una acumuladas sobre la otra
Bajo mis pasos
Bajo las luces
Que han sabido alumbrar
Cada una sobre la otra mis alegrías
Al final de mis años
Estás tú sonando.

Ángeles Mora recordó a una poeta que ha sido referente para ella desde que empezó a leer y a escribir: Rosalía de Castro. Una mujer, dijo, “adelantada a su tiempo; una poeta que ya sabía el lugar de las mujeres, que no era solo lo privado, sino que podían estar en lo público tanto como los hombres. Ella escribió un poema muy pequeñito y conocido que iba en ese sentido:

De aquellas que cantan a las palomas y a las flores
todos dicen que tienen alma de mujer
Pues yo, que no las canto, Virgen de la Paloma,
¡ay!, ¿de qué la tendré?”.

Uno de los momentos más emotivos y alegres fue cuando Cristina Mora cantó uno de sus sonetos preferidos desde niña:

Quisiera que tu nombre pronunciara
Todo lo que en la vida me rodea,
Que lo diga la cal de la azotea,
Que la ropa que escurre lo cantara…

La poeta leyó, luego, uno de sus poemas más cortos y profundos:

El ayer que me hizo
No sé dónde está
El que me deshizo sí
Está aquí, conmigo
Presente
Todos los días.

Un breve silencio, aplausos y una frase colada del público: “¡Madre mía!”.

(Puedes ver el vídeo de De ficciones y canciones en este enlace)