Ángel Stanich: “La búsqueda de mi voz ha sido una búsqueda incesante desde que empecé a cantar y tocar”

Una de las voces más singulares de la escena musical en España es la de Ángel Stanich (Santander, 1987). Unos la aman, otros no tanto, y ni él mismo conoce el secreto. Lo cierto es que desde 2014, con su debut Camino ácido, empezó a ocupar un lugar importante como cantante, compositor y músico de rock alternativo bajo esa etiqueta tan amplia llamada indie. Stanich está allí con su voz, su guitarra y demás instrumentos para acompañar unas letras que pulsan la vida social española en diferentes frentes, con ironía y sarcasmo, dándole una gran presencia al imaginario de la televisión.

Con este músico santanderino abrimos en 2023 el ciclo Así nacen las canciones, conducido por el periodista Fernando Neira, en la sala Callao de Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Madrid. Ocho años, ocho álbumes y unas cuantas canciones que lo han hecho muy conocido. Sobre todo, por temas como Escupe fuego de su álbum Antigua y Barbuda de 2017; o el más reciente: Polvo de Battiato.

Un asomo a su universo musical queda plasmado en el siguiente Diccionario Antich extraído de esta sesión de Así nacen las canciones:

Aute

Lo he descubierto ya bien crecido. Mi madre era más de Lluís Llach, Serrat… Hasta que hizo un anuncio de Todos contra el fuego y quemó todos los discos, menos el que más le gustaba. Aute no le gustaba, le parecía un poco hortera. Quizás yo lo sea.

Composición

En los temas que compongo, un 70 por ciento ya los tengo dentro de mí, pero el 30 por ciento hay que fisgar y complementar aquel recuerdo difuso. Al final no me dediqué al periodismo, pero sí me documento mucho para las  canciones. Me gusta ese trabajo periodístico. Además, conoces cosas, y yo soy de los datos curiosos.

Ermitaño

No me molestó cuando me llamaron ermitaño. Me siento un poco identificado con el término, creo que fue Julio Ródenas el primero que lo dijo. Me encantan los motes y alias.

Indie

Me siento identificado con esa etiqueta, casi por defecto porque no hay otra mejor para mí. Yo no hago las etiquetas. Me podría poner etiquetas propias, pero no estaría encajando con nadie más. No habría un movimiento. Indie no me parece ni bien, ni mal. Las etiquetas no son algo que me preocupe. Es más, es un trabajo de quien escribe sobre música más que de los que tocamos la música.

Imitación / Originalidad

Yo era más de imitar, de chavalín. Pero cuando ya me puse a tocar me gustó más tratar yo mismo los temas. Empecé con la guitarra, prácticamente, con letras; con cosas que se me ocurrían y quería hacer canciones con ellas. Iba imitando según la época, me parecía igual a Calamaro, que iba más por lo nasal; otra época a Quique González; otra época a Dylan; otra época a Springsteen; otra más cavernosa a Tom Waits. Era más la búsqueda de mí mismo.

Madre

En casa el equipo de música estaba en la habitación de mi madre. Era un equipo guapo, donde se escuchaba la música como se tiene que oír: con vinilos, con casetes, incluso. Ella me introdujo bastante en este mundo musical. Me compró los primeros discos, y me fue llevando, rejoneando. Al final, me gustaba lo que me traía, en general.

Sabina

Le gustaba más a mi padre. El Física y química estaba ahí enganchado al casete y a mí me fue calando eso. Está en mi imaginario, está en mis recuerdos más tiernos. Le tengo cariño a esa música.

Santander

Haber nacido ahí mi influyó. Quizás me hizo más solitario. Vivir en el Cantábrico es un mundo más para adentro, la gente va más a la suya. Esa soledad la sabemos disfrutar. Y eso es el germen de que yo esté haciendo lo que hago.

Televisión

Sigo la parte musical de Pasapalabra. La televisión es casi una adicción. Es parte del imaginario que manejo, que tengo en la cabeza. Ahora todo es más efímero. Antes las series las reponían. Hay varias generaciones que hemos visto El equipo A, por ejemplo, o La casa de la pradera.

Voz

Me he llevado regular con mi voz. Ha sido una búsqueda bastante incesante desde que empecé a intentar cantar y tocar y, poco a poco, he ido encontrando mi sitio. Sin tampoco querer acomodarme mucho en ese sentido. Al final yo soy muy fan de los malos cantantes. Los cantantes que no buscan un gorgorito especialmente cremoso, sino que buscan, incluso, lo contrario: el hachazo vocal o cambiar. No sé por dónde seguiré.

De momento, creo que estoy en un punto en el que estoy cantando mejor que nunca, pero a lo mejor lo estropeo. Yo no tengo problema porque al final es lo que le da el toque, el matiz, a mis canciones. A parte de lo que digan mi voz es también característica. Mucha gente la detesta y otra gente acaba prendada no se sabe por qué.