Al principio el diablo era una especie de “subcontrata” de Dios
¿Sabes en qué momento apareció el diablo en la historia? ¿Sabes por qué se le identifica con cuernos? ¿Por qué pasó de ser la mano ejecutora de Dios a obrar por su cuenta? “En el diablo se sincretizan muchas divinidades de otros mundos. Por ejemplo, sus cuernos vienen del dios Pan, el dios de los bosques que genera el pánico en el mundo grecolatino”, explicó Miguel Zorita, coordinador del ciclo El reverso de la Historia, de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, de Madrid. El escritor, artista y experto en historia dio una charla en la sala Callao de Madrid sobre la gestación y evolución del demonio en el imaginario artístico y colectivo bajo el título El diablo en España.
¿Dónde ha dejado huella el diablo en España? Con esta pregunta empezó Miguel Zorita y dio respuestas como:
En Belorado, Burgos, hay un puente del diablo. Y 14 puentes más.
En Salamanca están las cuevas de San Cipriano donde decían que el diablo daba clases.
En el Monasterio de Suso (La Rioja), donde luchó contra san Millán.
En el Santuario de san Campio de Lonxe (Pontevedra) y el santuario de La Balma (Castellón) donde actuaba en directo, es decir que había exorcismos.
Estas referencias no tienen un peso teológico, pero sí artesanal, aclaró Miguel Zorita que respondió varios interrogantes:
¿Cuándo aparece el diablo?
“Una de las primeras pistas, concretamente de Satán, la encontramos en el Antiguo Testamento. Su carácter es cambiante, tanto su aspecto como sus funciones. Ahora tenemos una imagen muy compleja del diablo, pero en el siglo I era mucho más sencilla. Su figura empieza como serpiente tentando a Adán y a Eva en el Paraíso. Su origen como un ángel que se rebeló contra Dios viene después”.
¿Qué significa satán?
“En el Antiguo Testamento aparece la palabra Satán, de origen hebraico, que, etimológicamente, sería ‘poner obstáculos’, es el oponente. Pero eso no es necesariamente malo. Y algo más, es la mano ejecutora de Jehová, como cuando ordena la destrucción de Sodoma y Gomorra. También lo vemos en el Nuevo Testamento tentando a Jesús durante su retiro en el desierto. Aparece como oponente de Jesús en el sentido de ponerlo a prueba”.
¿Alguien capitanea el mal?
“Los conceptos de bien y mal son cambiantes acordes a la época. La idea que tenemos de que Dios es omnipotente, omnisciente e infinitamente bueno es, relativamente, reciente. En las religiones de la antigüedad los dioses no tenían que ser infinitamente buenos. Júpiter no lo era. Por eso Jehová, el Dios antiguo, no es ni bueno ni malo, es las dos cosas a la vez. Ese Jehová del Antiguo Testamento tiene la personalidad de dioses antiguos: temibles y coléricos. Ahí no hace falta un demonio porque ya tienes la cólera de los dioses”.
¿Por qué Dios permite que exista el diablo?
“Una paradoja es que, si actúa de manera independiente de Dios, eso pone en un brete a Dios, porque si Dios es todopoderoso podría destruirle. Es cuando se crean estructuras teológicas que señalan que el diablo actúa en contra de Dios, pero este decide conservarlo porque cumple una función: mantener a prueba a los hombres”.
¿Cuándo empieza el diablo a obrar por su cuenta?
“Al principio era una especie de subcontrata de Dios. Pero en el Primer Libro de Crónicas, capítulo 2, Satán empieza a actuar por su cuenta para generar el mal en el pueblo de Israel, concretamente malmetiendo al rey David para que haga un censo. Poco a poco, el diablo empieza a obrar sin estar bajo las órdenes de Dios”.
¿Cuándo se diversifica el diablo?
“Esto se ve muy bien en obras de comunidades judías de carácter apócrifo, como La guerra de los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, de la secta de los esenios. Ahí ya se perfila que llegará un día del juicio final donde los malos luchen contra los hijos de la luz y llegue el mesías. Ese el contexto del siglo I antes de Cristo. Estos libros influirán en la creación del cristianismo. Muchas ideas del diablo en el cristianismo surgen de libros de los esenios”.
¿Cuántas imágenes hay del diablo?
“Las representaciones del diablo son infinitas con personajes aberrantes. Una de las facetas del propio Jesús es la de exorcista. Esa es una capacidad nueva del diablo: incorporarse en el cuerpo de los humanos. Así da un salto en su evolución. Muchos de esos casos hay que interpretarlos como que eran personas con enfermades incurables de la época o epilépticos”.
¿Por qué pasa todo esto?
“Jean Delumeau lo atribuye a cuando las sociedades entran en pánico. Lo analiza en su libro El miedo en Occidente. Estudia la paranoia medieval de la iglesia católica y su atribución al diablo, en especial a raíz de herejías. Hoy, por ejemplo, un partido político gana y sus oponentes dicen que es el apocalipsis y viceversa, antes eran la llegada de las plagas y otros males.
En el siglo XVII empiezan a cuestionarse las figuras de Dios y la del diablo. La historia muestra que el demonio, quizás, no sería algo tan burdo, sino algo más sutil de la naturaleza humana”.